- ¿En serio?
- Entre nosotros, es así. Las lee el barbero y luego nos las cuenta mientras nos afeita. Así nos ahorra el trabajo, ¿comprende?
- Es un buen sistema.
- Lo hemos probado también con los libros de verdad, pero no ha funcionado.
- ¿No?
- La idea que nos hemos hecho sobre los libros es que si uno no consigue contarlos en el tiempo de un afeitado, entonces son literatura. Y ésta no está hecha para nosotros. ¿Usted lee?
- Sí. De vez en cuando, también escribo.
- ¿Libros?
- También.
- Fantástico.
- Sí.
- ¿Sabe que Fangio nunca sale a la pista si no está recién afeitado? Es una obsesión suya.
- No estoy yo muy segura de saber quién es Fangio.
- Eso no lo diga ni en broma.
[Fragmento de Esta historia, de Alessandro Baricco.]
1 comentario:
Voy a empezar a ir al barbero.
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