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10 abril 2018

Desde la caja de libros (enero - abril)

Capítulo 62
Biblioteca, servicio, público, ciudad, espacio, uso, social, nuevo, Barcelona, equipamiento, cultura, información, acceso, digital, función, necesidad, red, conocer, contenido, valor, lector, ofrecer, trabajo, central, ámbito, participar, cooperar, político, programa, promoción, cambio, crear, mejor, desarrollar, próximo, contexto, actividad, capacidad, diversidad, facilitar, fondo, situación, recursos, gestión, objetivo, profesional, calidad, comunicación, documento y fomentar.
Capítulo 63
“La riqueza del proceso era la propia riqueza de las bibliotecas. Las encontraba bonitas, incluso y a veces especialmente las más descuidadas, con sus capas de uso, fragmentos de previas distribuciones, actualizaciones, elementos familiares, improvisaciones, accidentes, incongruencias: en pocas palabras, lugares que en cierto modo se parecen al pensar de cada día.”
Capítulo 64
Una biblioteca de Nueva Zelanda ha resuelto el misterioso caso de los libros que desaparecían y volvían a aparecer en lugares extraños y escondidos de la biblioteca.
Capítulo 65
Con todos los respetos, señora bibliotecaria: se acabó.
Capítulo 66
Gracias Paul, de la biblioteca pública de Des Moines Southside, por saltarte las normas y darme un carné de adultos cuando sólo tenía 11 años pero ya me había leído todo lo que había en la sección juvenil.
Capítulo 67
1 chica de mirada penetrante que revisa los wazaps
1 chico que se pone los cascos
1 chico que toma apuntes
1 chico que da golpecitos sobre la mesa con el cabo del lápiz
1 chica que hinca los codos
Capítulo 68
196 minutos (sí sí, tres horas y dieciséis minutos) de documental para empaparse de las 87 bibliotecas que forman la red de bibliotecas públicas de Nueva York, vistas por el autor que ya se coló en el Ballet de la Ópera de París y la National Gallery de Londres.
Capítulo 69
¡dibujad, dibujad, malditos!
Capítulo 70
Recientemente ha circulado entre colegas bibliotecarixs un artículo/lista sobre por qué las bibliotecas siguen siendo mejores que Internet. Se trata de una lista interesante aunque bastante cuestionable que en realidad se debería llamar “por qué las bibliotecas son mejores que Internet si Internet no fuese una plataforma neutral en la que compartir información.”
Capítulo 71
10-3-38: […] Em torno a preocupar perquè m’enviïn un tècnic que em faci el pressupost per reparar les calderes de la calefacció. El Sr. Rubió deu pensar que ja ho he oblidat.
12-3-38: Telefono altra volta al Sr. Conseller de Cultura. Creia que ja m’havien enviat el tècnic.
15-3-38: Fa molt vent. Torna a fer fred.
17-3-38: […] Aquesta tarda he tornat a telefonar al conseller de Cultura. Em diu que farà tot el possible perquè me’l enviïn demà [el tècnic] i diu que m’agrairà molt que li digui de seguida que l’hagi vist.
18-3-38: […] El tècnic no ha vingut. Em sembla que no lograré veure’l.
Fin


05 enero 2018

Desde la caja de libros (septiembre-diciembre)

Capítulo 48
Llega el verano y las vacaciones y, con suerte, viajas. La gente te pregunta cómo es posible que vayas a visitar bibliotecas cuando estás en el extranjero, de vacaciones, y tú te preguntas: ¿cómo no podría?; allí, la hierba es más verde.
Capítulo 49
Supongo que en todos los gremios hay polémicas. ¿Por qué debería ser el de las bibliotecas públicas diferente?
Capítulo 50
Los que hace tiempo que no se prestan, pero que queremos conservar.
Los que acaban de llegar y están esperando ser “preparados” para salir a la sala.
Los que reservamos para ocasiones especiales.
Los que hemos pedido de otras bibliotecas para clubes de lectura.
Los que están de paso, ya sea al contenedor de reciclaje o a otras estanterías.
Capítulo 51
Con un poco de suerte, nadie podría encontrarte allí dentro.
Capítulo 52
Dossier de prensa (tercera entrega)
Capítulo 53
Las bellas bibliotecarias
Capítulo 54
Vive en la biblioteca porque si no los libros a lo mejor se van. O se mueren.
Capítulo 55
Necesitaba algo de paz, y esta semana la encontré en Thibaud Poirier…
Capítulo 56
CUANDO NO
Capítulo 57
CUANDO SÍ
Capítulo 58
La rutina es la siguiente: suenan las campanas de la iglesia. Abro las puertas de la biblioteca y me echo a un lado porque no quiero morir arrollado. Dos jubilados pugnan a codazos por ser el primero en entrar.
Capítulo 59
Sexta entrega: de cuando la gente se comunica con la biblioteca con notitas…
Capítulo 60
la vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles
ha sido destruida por las llamas.
aquella biblioteca del centro.
con ella se fue
gran parte de mi
juventud.
Capítulo 61
La wifi funciona fatal.
Es que ya no queda más sitio donde estudiar.
No me puedo creer que haya seis personas esperando este libro.
¿No abrís el lunes por la mañana?
Bonus track navideño

12 noviembre 2017

¿De dónde viene la literatura?

Según García Márquez, la literatura viene de Jonás, quien se la inventó cuando contó a su mujer que llegaba con tres días de retraso porque se lo había tragado una ballena. Según Bukowski, solo existe la literadura. Gertrude Stein dijo que la literatura la literatura la literatura. Luego llegó Joyce y añadió que la literamepicaelescrototuraesalgometengoquerascarqueWoolfhizomejor. Para Oscar venía del lado Wilde de la vida. Umbral no aclaró nada porque solo quiso hablar de su libro y King dijo que el fin justifica los miedos. En mi opinión, Sharp Wilt live forever y la respuesta es 42, pero para Kafka era el hacha que partía en dos el mar de hielo que llevamos dentro —y que Sarah se encontró hecho Waters—. A Cela le pareció que consistía en absorber agua por el ano; cuando Juan Ramón lo vio —Juan Ramón era un adelantado— dijo que todo sabía a beso menos eso. A Salinger le hubiera encantado explicarlo pero no le apetecía. Para Shirley Jackson, era una lotería. Para Shakespeare, era él. En opinión de Pessoa, la literatura es la forma más agradable de ignorar la vida y según Wodehouse, la fundación de los mejores amigos. Chesterton dijo que la literatura era un lujo y la ficción, una necesidad —dando así rienda suelta a la escatología—. Austen sostuvo que era una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero y poseedor de una gran fortuna lo que necesitaba era un libro —de ahí el Kamasutra—. Murakami Nobel día de hablar de ello en su discurso de agradecimiento. Karl Ove afirma que la literatura es su padre y Christopher Marlowe, que él es Elena Ferrante. Mario Vargas no osa, i Donna diu que això ja li agafa molt Tartt. A juicio de Elizabeth Gaskell, hay una dama en Cranford sin dientes bajo el velo; la literatura consiste, precisamente, en tapar una boca con velo para revelar que no tiene dientes. Lo de Brönte es mejor que lo vean. Yo creo que la literatura no te hace mejor ni peor, pero te acompaña mucho, por eso me figuro que viene de la soledad.

...by Jean Murdock [tumblr - twitter - huellas - ¡entrevista!]

[Texto aparecido el 3 de noviembre de 2017 en la sección "¿De dónde vienen las cosas?" de Revista Rosita.]

Des la caja de libros (mayo - junio)

[Acabo de darme cuenta de que este post no se publicó. Quedó en borrador a mediados de septiembre. Y hasta hoy. Ay... Menos mal que estas rositas no se marchitan!]

Esta semana, he vuelto a las colaboraciones dominicales en la Revista Rosita, pero mientras no "acumulo" unas cuantas para recopilarlas aquí, os dejo las de justo antes de salir de vacaciones, que no habían quedado todavía recogidas.

Capítulo 41
Y los libros… bueno… los libros, reconozcámoslo, como sociedad nunca han sido nuestro fuerte, por mucho que a veces nos olvidemos porque dentro de nuestra burbujita se está tan a gusto.
Capítulo 42
Por primera vez me pregunto si querré trabajar en una biblioteca dentro de diez, quince, veinte años… y qué puedo hacer para que la respuesta a esa pregunta sea SÍ.
Capítulo 43
Quinta entrega: love is in the air…
Capítulo 44
Dos horas de una tarde cualquiera en el mostrador de préstamo de una biblioteca cualquiera…
Capítulo 45
Buen día, ¿me puedo llevar a esta persona prestada por una media hora por favor?
Capítulo 46
Hola. Me llamo Nicolás – bueno, no es mi nombre real, pero si seguís leyendo veréis por qué no os puedo dar el auténtico – y mi jefe es un imbécil.
Capítulo 47
La biblioteca no tiene libros
sino glaciares.
Los glaciares son verticales.

10 mayo 2017

Waterlogged

[Este artículo es una traducción del de Aline Smithson en Lenscratch, que podéis leer en inglés aquí. Hay en ese artículo, además, algunas fotografías más de la serie "Waterlogged" de Stacy Platt, así que os recomiendo que visitéis el original. Además, la visita es un gesto de cortesía con la autora del reportaje. Gracias.]

A veces, acontecimientos desafortunados de nuestras vidas nos brindan la oportunidad de ver las cosas de una nueva manera, permitiendo diferentes encarnaciones y consideraciones. Cuando la fotógrafa Stacy Platt descubrió que toda una vida de diarios personales había sido destrozada por el agua, se le presentó la oportunidad de considerar la transitoriedad de los objetos, la idea de la memoria, y crear una examinación artística de lo que permanece.

Stacy usa la fotografía para hablar de la vulnerabilidad, la memoria, la pérdida y la práctica de la vida de cada día. Influenciada por la escritura de Marguerite Duras, las películas de Wong Kar-Wai y el arte polivalente de William Kentridge, el trabajo de Stacy se caracteriza por un interés en explorar las múltiples - y a veces poco fiables - versiones del yo y de la historia personal que todos contenemos, así como la sinfonía de identidades colectivas incoherentes y a veces contradictorias que sirven tanto para constreñirnos como para conectarnos los unos a los otros.

Licenciada en Humanidades por la University of Tennessee en Chatanooga, y con un Máster en Fotografía por el Columbia College of Art en Chicago. Su trabajo ha sido expuesto en el Houston Center for Photography, el Midwest Center for Photography, la exposición "Memory, Bone and Myth" de la University of North Dakota, así como numerosos proyectos y exposiciones online. Fue la finalista de Critical Mass en 2015, y en la actualidad es profesora de fotografía en la University of Colorado en Colorado Springs, así como la editora de la revista de la Society for Photographic Education's Exposure. Mantiene un portfolio online con su trabajo, y desde 2004 escribe ensayos sobre fotografía que publica en the space in between.


¿Cómo te explicas a ti a ti mismo?
¿Cuál es tu proceso para recordar, para mediar con la experiencia, para archivar tu propio yo?
Soy una persona que cree en la sincronicidad y las señales. Cuando una sigue a la otra, o cuando una se repite lo suficiente en un corto periodo de tiempo, me veo obligada a prestar atención. La serie "Waterlogged" [anegado, inundado, empapado] empezó de esta manera.

En el momento de su realización me encontraba en una de esas épocas serias y agotadoras de la vida: haber perdido un trabajo, la muerte de un familiar, un hijo que nació dos meses antes de esa muerte. Así me encontraba: con todo llegando de todas partes al mismo tiempo. Cualquiera de esos acontecimientos es una oportunidad para reflexionar y transformarse. Todos a la vez tienen la capacidad de quitarte cualquier punto de referencia y dejarte tambaleándote. Es una de esas situaciones en las que, parafraseando a Rilke, "Uno debe cambiar su vida o morir."

Tras una noche de lluvias torrenciales, abrí el armario donde guardaba todos mis diarios personales. Estaban todos - veinte años de diarios - empapados en agua de lluvia. Apilados ordenadamente unos encima de otros, inflados y pegajosos con restos de cola y tinta corrida. Destrozados. O en proceso de estarlo. Simultáneamente maravillada y mortificada al presenciar mi pasado desangrarse en olvido, empecé a fotografiarlos.

Primeros amores. Amores fallidos. Malas elecciones. Viajes transformadores. Cosas que me inspiraron. Mi futuro no escrito, desconocido, escrito y reflexionado por mi yo pasado. En parte todavía legible. Mucho con la apariencia de otra lengua, o pentimenti, o un código secreto.

Sincronicidad y señales. Parecía especialmente desfavorable que de todas mis pertenencias, únicamente estos objetos personales hubiesen sido los afectados. Lo que más me impresionó es la revelación que es la letra manuscrita, que se ha convertido casi en un anacronismo, el recuerdo de una manera ineficiente y sentimental de hacer las cosas y de comunicarlas. ¿Quién escribe a mano hoy en día? Cuando eras capaz de reconocer a alguien por la voz, en persona y por su letra, ¿qué lo ha sustituido? ¿Su dirección de correo electrónico? ¿Cómo maneja las redes sociales? ¿Su identificador de llamada?

Cuando mi madre murió el año pasado, inmediatamente me puse a buscar cosas que ella me hubiera escrito. Algo en su escritura era evocador de un modo que pocas cosas más lo eran. A lo largo de su prolongada enfermedad, fui testigo del deterioro de su escritura a medida que empeoraba su salud de manera devastadora, recordándome incluso cuando todavía estaba viva que todo cambia y tendrá un final. La propia vida y el concepto de uno mismo, como entendemos el tiempo, y la gente, lo que valoramos y lo que denigramos, lo que podíamos y no podíamos decir, lo que sabíamos y lo que no nos importaba ignorar, todo termina con nuestro final. Lo que queda son las interpretaciones de los demás. Sus conjeturas sobre la vida vivida por otro. Hay momentos en la vida en los que te enfrentas a la realidad de la insignificancia de tu propia especificidad. Estas imágenes son la evidencia visual de mi rendición ante esa realidad.




Desde la caja de libros (marzo - abril)

Capítulo 34
La semana pasada, la universidad anunció que cuando Morin murió en marzo de 2015, a la edad de 77 años, dejó su herencia a la universidad.
Una herencia de 4 millones de dólares.
Capítulo 35
...la mayoría de los disgustos que recuerdo han tenido que ver con jefes y no con el trato al público.
Capítulo 36
...imágenes de bibliotecas abandonadas, como estas de la biblioteca Mark Twain de Detroit...
Capítulo 37
...unos relajantes minutos musicales...
Capítulo 38
La biblioteca de... la intensa.
Capítulo 39
haikus desde la caja de libros
Capítulo 40
Sant Jordi de 2007

10 marzo 2017

Desde la caja de libros (enero - febrero)

Capítulo 27

Propósitos un año nuevo cualquiera desde una biblioteca cualquiera.

Capítulo 28

no dejéis morir el ímpetu culinario de la Navidad.

Capítulo 29

Detrás de un señor mayor hay una señora que se impacienta. Encima el mostrador de préstamo, dos palmos de novela para pasar el mes. El señor mayor embolsa libros con lentitud. La señora de atrás, alta, estirada (quizás en muchos sentidos), sacude el joyero que lleva en la muñeca para mirar su reloj y ver que tan sólo han pasado cinco segundos desde la última vez que lo miró.

Capítulo 30

Lou & Tina

Capítulo 31

En realidad, trabajo aquí por el dinero. Por eso lo llaman “trabajo”. (Aceptaré un aumento de sueldo, ya que estamos – no podemos vivir sólo del amor).

Capítulo 32

Es muy alta, y mantiene
la cabeza inclinada, igual que si escuchara.

Capítulo 33

El peligro de ser hábiles y nada más, que quiere decir dóciles, es inminente.

02 enero 2017

Desde la caja de libros (noviembre - diciembre)

Las últimas "Rositas" de 2016...

Capítulo 20

Desgraciadamente, se está dejando morir la Biblioteca Artur Martorell.

Capítulo 21

D. se lleva los cómics de diez en diez, y en préstamo los coloca de forma escalonada para que nos sea más fácil leer los códigos de barras.

Capítulo 22

La madre se ríe espontáneamente, con una risa que seguro que si estuviera en el cine se contagiaría a los vecinos.

Capítulo 23

27-XI-1938: Els dies de bonança van desapareixent i són seguits per uns de molt més freds.

Capítulo 24

Con tan solo mencionarlos tienden a evocar inmediatamente las comparaciones con abuelas y bibliotecarias...

Capítulo 25

Aquí estamos solas. Aquí no hay más que libros.

Capítulo 26

Digamos que se han mezclado los deseos navideños de trabajadoras y usuarias de las bibliotecas.


01 noviembre 2016

Desde la caja de libros (septiembre - octubre)

Más pedacitos semanales de bibliotecas, propias y ajenas...

Capítulo 14

– Debe ser relajante, trabajar en una biblioteca, ¿no? – dice ella.

Capítulo 15

...porque pocas cosas me dan más rabia que las bibliotecarias excesivamente celosas en la aplicación de normas de las que no depende gran cosa.

Capítulo 16

PS: Lo del zombi y las hadas lo dejamos para otro día…

Capítulo 17

Sí. Todo eso que sospechas es cierto. Las bibliotecarias mentimos como bellacas y conspiramos contra todo ser humano que pretende hacer uso de NUESTRAS bibliotecas…

Capítulo 18

Avui fem una passejada per... les biblioteques d'Ada Klein.

Capítulo 19

...es bonito guardar pedacitos de flora prensada entre las páginas de los libros (páginas que, a su vez, no son otra cosa que flora prensada)...

26 septiembre 2016

Desde la caja de libros (verano)

Con el otoño, también empieza el curso en "Desde la caja de libros", la sección de la Revista Rosita en la que cada semana escribo un poquito sobre bibliotecas. Mientras acumulo allá las primeras entradas de la nueva temporada, os dejo enlazadas por aquí las de justo antes del verano.

Capítulo 9

Puede que con las bibliotecas esté pasando como con el resto: que, como todo se ha convertido en producto, ya no se reconoce nada porque todo se mezcla para venderse.

Capítulo 10

La rebequita de una bibliotecaria es su capa de superhéroe.

Capítulo 11

La biblioteca de Juan Miguel Fernández

Capítulo 12

De cuando llega el verano y la gente acude en masa a la sección de guías de viaje y luego cuando vienen a devolverlas, después de las vacaciones, se han dejado dentro todo tipo de cosas.

Capítulo 13

[Necesitamos vacaciones]

03 julio 2016

Desde la caja de libros (junio)

Aquí las notas publicadas en la Revista Rosita durante el mes de junio.

Capítulo 5

Dicen que cuando llueve la madera resbala, y el vigilante pone cadenas para obligar a la gente a circular por el ladrillo.

Capítulo 6

Algún susto nos han dado, estas escaleras, pero claro… allá donde hay escaleras, habrá tarde o temprano alguien que se caiga rodando por ellas.

Capítulo 7

¿Qué hacemos con los libros cuando ya no caben en las estanterías?

Capítulo 8

Una bibliotecaria entra a trabajar por la mañana y se encuentra con un usuario que se ha quedado encerrado toda la noche.

30 mayo 2016

Desde la caja de libros (mayo)

Aquí, las notas publicadas en la Revista Rosita durante el mes de mayo.

Prólogo.
todo disponible en su biblioteCAJA DE LIBROS más cercana, y cada domingo aquí a partir del ocho de mayo.

Capítulo 1.
¿Qué dirían los griegos, eh? ¿Nos dejarían llamarlas bibliotecas? ¿O nos obligarían a usar otra palabra?

Capítulo 2.
Miran a su alrededor con la cara iluminada, mientras tú detrás del ordenador introduces los datos pertinentes (nombredirecciónteléfonocódigopostalcorreoelectrónico…) en su ficha, y te preguntan.
Oye… ¿y cómo se hace para trabajar en una biblioteca?

Capítulo 3.
Primera entrega: de cuando pagábamos en pesetas y los números de teléfono tenían siete dígitos (aunque a veces ni siquiera hace falta tener esas referencias para saber que nos encontramos ante un auténtico documento vintage).

Capítulo 4.
Pero hay una cosa que, por muchos años que pasen, por mucha experiencia que una tenga, por muy curada de espantos que esté, siempre siempre SIEMPRE me pone la piel de gallina, y es cuando una usuaria se acerca al mostrador y dice…
¿Para alquilar es aquí?

26 abril 2016

Del comprar y el leer

Chesterton, a quien vine a conocer mucho después, decía que una de las gracias de hacerse viejo es descubrir que el resto siempre tuvo la razón, y creo que ésta no es la excepción. No sólo porque ya me he descubierto mil veces diciendo que compré la última novela del escritor de turno, pero que aún no la leo, sino porque recién ahora caigo en cuenta de que el bloqueo del lector no bloquea nada sencillamente porque los libros no son sólo para leerlos. A fin de cuentas, cuando se compra un libro se paga por una promesa o una ilusión como cualquier otra —que se cumplirá quién sabe cuándo, que es cuando se cumplen las promesas— y la de los libros es siempre la misma: que ya tendremos tiempo, que tarde o temprano los problemas desaparecerán por arte de magia y nos despertaremos en una hamaca todavía jóvenes, hermosos, bronceados, con la vida por delante y una novela entre las manos. Al final, me digo, compramos libros sólo para desafiar a la física y confirmar que mientras más alta sea la pila que hay en casa, más tiempo tendremos para leer.

-

Así termina un artículo de Gonzalo Maier que cacé el otro día en Twitter.
Léanlo entero cuando tengan un huequito. Vale la pena. Sobre todo después de la vorágine de Sant Jordi.

(A mí me ha dado ganas de leer más cosas de Maier. Esto, por ejemplo...)

11 marzo 2016

Nadie lee nada

En su ensayo Provocación (1982), Stanislaw Lem promulgó una provocadora Ley de Lem que consta de tres breves enunciados: “Nadie lee nada; los pocos que leen, no comprenden nada; a los pocos que entienden, se les olvida enseguida”. La cita está precedida por una observación acerca del temor de los editores a publicar libros debido a la habitual falta de tiempo, la oferta excesiva y la publicidad “demasiado perfecta”. Ni el carácter genérico de la ley, ni la exageración, y menos aún la ironía, logran desvirtuar el sentido de esas tres frases taxativas, escritas como en espiral, y que, a pesar de ir de menos a más -de ningún lector a los lectores más despiertos-, concluyen en la nada de la que partieron.

***

Así empieza este artículo de Jaime Fernández.
Les recomiendo su lectura. Pausada. Para reflexionar.

(A mí, personalmente, me ha convencido de que hace años que dejé de saber leer...)

31 octubre 2015

Los ladrillos de la construcción

Los libros están hechos de frases, obvio, que son como los ladrillos de la construcción, y del mismo modo que es difícil reparar en la hermosura de un ladrillo, las frases, cuando leemos, pasan relativamente inadvertidas, arrastradas por el flujo del discurso, como debe ser. El detenerse demasiado en una frase es signo de inmadurez; lo que importa en un libro es el conjunto, el edificio verbal, no sus componentes. Y sin embargo es costumbre bastante difusa subrayar libros. El subrayado desmiente el edificio y realza el ladrillo, el humilde tabique comprimido entre mil tabiques idénticos; es una suerte de operación de rescate, como si cada subrayado dijera: salven esta frase de las garras del libro, liberen esta joya del pantano que la rodea.

-

Fabio Morábito en "Subrayar libros" (hagan click para leer íntegramente), y que he encontrado en Twitter gracias a la muy recomendable cuenta de Eterna Cadencia.

PS: ... y a raíz de esto, me recomiendan la lectura de esto otro. #huellas.

07 septiembre 2015

Los postulados de Patricio Pron

1. Que un escritor debe por fuerza escribir, a ser posible día y noche, existan o no sus lectores, y que cuando estos existan deberá hacerlo aún con mayor responsabilidad.

2. Que un escritor puede elegir entre explorar nuevos caminos y renovarse con cada libro para aumentar el número de posibilidades, o bien dedicarse a escribir una y otra vez el mismo libro y que esa vía también arroja resultados interesantes.

3. Que un escritor puede decidir controlar y agotar los efectos de su narrativa, o bien permitir que ésta establezca lazos insospechados y que escapan a la voluntad del autor generando con ello nuevas reflexiones con cada nueva lectura.

4. Que toda escritura, como sabía Borges, es autobiográfica, no sólo en relación a los hechos sino en tanto en cuanto ha formado parte de la vida del escritor.

5. Que los premios literarios son el producto de una lógica viciada porque es un sinsentido decidir entre dos textos de gran calidad pero pertenecientes a géneros distintos cuál de ellos es mejor; aunque su existencia es necesaria porque descubren a nuevos a autores, como Julián Herbert, o como fue su caso tras ganar el Premio Jaén.

6. Que la finalidad de la crítica literaria consiste en poner en duda nuestro propio juicio crítico haciéndolo más complejo y devolviéndonos una visión renovada de la literatura que enriquezca la discusión sobre libros en la sociedad.

7. Que en España tenemos una abierta propensión a juzgar a los autores y no a sus libros (sic), y que la antipatía o amistad con el autor debe quedar fuera del análisis de los textos (sic again).


9. Que el impulso de la escritura puede nacer de la falsa ilusión de que los libros que leemos hubieran sido mejores si los hubiéramos escrito nosotros, y que eso es culpa de nuestras falencias como lectores, que serán subsanadas con el tiempo mediante la lectura de más y mejores libros.

10. Que en demasiadas ocasiones un escritor está tan implicado emocionalmente en su propia obra que le resulta difícil decir algo objetivo sobre ella y que por ese motivo los escritores son los peores críticos de sus obras y que no deberíamos preguntarles sobre ellas.

11. Que cualquier escritor, sea profesional o aspirante, se encuentra en el mismo lugar a la hora de comenzar un libro, y que la diferencia entre ambos estriba en que escribir más libros posibilita descubrir más errores y escribir más horas permite llegar a ser mejor.

12. Que un escritor joven como él que en su día recibió ánimos, consejos y ayuda literaria de otros escritores debe ser honesto con ese legado y ofrecer a los escritores que vienen detrás ánimos, consejos y ayuda.

13. Que la verdadera enseñanza de un escritor está en sus libros y no en su personalidad o en sus vivencias, lo cual forma parte de la mitomanía o morbosidad, que por otro lado resulta inevitable, y que la resolución de algunos misterios literarios siempre es menos interesante que el misterio propiamente dicho.

14. Que Cheever tenía razón al decir que la literatura podía salvar el mundo pero que probablemente se refería al mundo interior, ya que amplía el repertorio de posibilidades y nos lleva a preguntarnos acerca de nosotros mismos y nuestras condiciones de vida.

Y 15. Que la lectura, y por tanto la literatura, es una especie de religión laica que exige mucho pero garantiza a cambio una forma de salvación, o al menos un consuelo, y que tal vez ésa es la razón por la que no podamos dejar nunca de leer, de escribir y por tanto de amar la literatura.

***

Esto forma parte de una especie de "reportaje" sobre Patricio Pron que pueden leer completo aquí.

De Patricio Pron de momento sólo he leído los cuentos de La vida interior de las plantas de interior, que me gustó mucho y me dejó con ganas de más.

08 agosto 2015

¿Tiene sentido esto o nos estamos volviendo locos?

La noticia habla de una biblioteca de Helsinki que ha conseguido multiplicar en poco tiempo el número de sus usuarios. Kari Lämsä, su director, pensó que para conseguirlo tenía que cambiar el concepto de una biblioteca seria y aburrida, lo más parecido a un inmenso almacén alejado de la vida, por otra más participativa y alegre. Su proyecto se ha transformado en un modelo a seguir por otras bibliotecas estatales de Finlandia. Y es que en esas bibliotecas no solo se va a leer, se puede bailar, coser a máquina, dormir la siesta y asistir a conciertos. Nada que ver, sigue contándonos la noticia, con esas bibliotecas de siempre cuya quietud y solemnidad recuerdan el interior de los conventos y las iglesias.

¿Tiene sentido esto o nos estamos volviendo locos? Lämsä afirma que la razón de su éxito es haber creado una biblioteca refractaria al silencio. Pero ¿se puede leer sin silencio, sin quietud? Aún más, ¿uno de los problemas más graves de nuestra época no es nuestra incapacidad creciente para permanecer en silencio? No digo que esté mal que la gente baile, cosa a máquina, acuda a conciertos o a clases de cocina, pero ¿una biblioteca es el lugar para hacerlo?

***

Coleccionar silencios, de Gustavo Martín Garzo, un autor que hacía tiempo que no asomaba por aquí (aunque lo ha hecho más de una vez...)
Está bien que una voz tan valorada como la suya se haga eco de un pensamiento que seguro que pasa por las cabezas de muchos de los que, de manera más anónima o con menos repercusión, trabajamos en bibliotecas.

[Llego a este artículo a través del blog de Txetxu Barandiarán]

19 mayo 2015

Proyectar en lo cotidiano un poco de belleza

La obra de Barrie también tiene mucho para divertir a la antropóloga de la lectura en que me convertí, pues las críticas que se le hacen al personaje son las mismas que las que se hacen a los lectores, y sobre todo a las lectoras: que son unos egoístas, siempre con la cabeza en las nubes, que se olvidan de todo. Es cierto que los lectores se olvidan de todo por un tiempo, como esa mujer de campo que me dijo alguna vez: "Si es realmente apasionante, me planto ahí. No importa que griten mis hijos, que tengan hambre, no vale la pena. O les preparo un huevo frito, y rápido regreso a mi lectura. Entonces puedo leer aunque tenga una bomba a mi lado". Ellos también sueltan amarras, le dan la espalda a sus allegados y remontan el vuelo: leer es pasar, de un salto, a otro espacio, sobre todo si se trata de obras literarias. Mucho más que entregarnos un mensaje, la literatura nos abre un universo en el cual desplegarnos y constituir, a lo largo de nuestras lecturas, un País de Nunca Jamás, esta reserva poética y salvaje de la cual podremos echar mano toda la vida para proyectar en lo cotidiano un poco de belleza, de fábulas, de historias que tal vez nunca se realizarán, pero que sin embargo contribuyen a definirnos. Para dar forma a lugares en los cuales vivir y acondicionar habitaciones propias en las cuales pensar.

***

Michèle Petit en "Peter Pan y Wendy o el derecho a la ficción".

13 mayo 2015

Equilibrios precarios

Yo creo que la lectura nace del desequilibrio, no del equilibrio. Nace del cuestionamiento, de la inquietud, del anhelo, del deseo. De todo lo que nos muestra que no somos seres completos. Desde chiquito, todo lector es un insatisfecho, un rebelde. La conciencia primera, cuando uno empieza a ver el mundo y a verse, es desasosegante, desequilibra. Y uno lee, hace sus pequeños universos de sentido para de alguna manera lograr equilibrios precarios. Y digo precarios porque son equilibrios siempre en movimiento, que se hacen y se deshacen, pero realmente útiles, porque ese dinamismo asegura vida, plenitud.

***

Hace poco, en el blog de Un chat botté, descubría un bello artículo de Michèle Petit sobre lectura, literatura e infancia.

Hoy, le devuelvo la pelota con este otro, una entrevista a Graciela Montes, que me ha llegado vía el muy interesante Twitter de @eternacadencia. Léanlo entero, que merece la pena...

09 mayo 2015

Enemigos demasiado poderosos

A veces uno está tentado a pensar que el cerebro anulado y enfermo puede ser precisamente el que lee. Después de todo, no conozco cabezas que estén tranquilas, en paz, después de leer un buen libro. Hay algo en esa mente, llamado curiosidad, que causa una tribulación continua, que ni siquiera duerme entre libro y libro. La persona que hace vida en contacto diario con la literatura, acumula inquietudes, boquetes, noches rotas, preguntas desconocidas… Tarde o temprano acaba por no estar segura de nada, columpiándose en las dudas y abocada al ostracismo personal que la condena a trasladarse a un nuevo título, y así un día y otro. Este movimiento es perpetuo, y el lector queda siempre derrotado frente a él, porque los libros son, en cierto sentido, enemigos demasiado poderosos.

***

¿Qué hay en una cabeza que no lee?, de Juan Tallón (de quien tengo muchas ganas de leer El váter de Onetti.)