
Paseando al azar por Copenhague di con "Ex-Libris", librería española y francesa.
Los niños daneses son como los españoles de hace unos años: locos por los "Don Mickey". ¿Se acuerdan?
Otro ejemplo de cómo la globalización hace estragos... Las fieras fútbol-club también triunfa en DK.
El diamante negro, sede de la nueva biblioteca nacional danesa, en todo su esplendor.
Si les hablo de Kronborg, quizá no sepan de qué estoy hablando. Pero ¿y si les hablo de Helsingor o, mucho mejor, de Elsinore?
No solo lo vimos por fuera. También visitamos las catacumbas.
Y para continuar con el ambiente tétrico, aquí descansa (o no) Kierkegaard y su familia.
¿Pensaban que iba a pasarla por alto? Se equivocaban... Andersen sigue siendo la máxima figura literaria del país.
En Odense, su ciudad natal, pueden visitar la casa donde nació, convertida en museo. El centro de documentación posee ediciones de todo el mundo de sus libros. Busqué las catalanas, encontré las vascas, pero me quedé con una foto de las asiáticas ^^.
Y además de las joyas bibliográficas, también pueden admirar la dentadura postiza de H.C. Y no es broma...
Todo lo que no es postizo descansa aquí, en el mismo cementerio que Kierkegaard (son las dos únicas figuras del cementerio cuya lápida está indicada para que los turistas las encuentren fácilmente...)
Y para terminar, una lámpara literaria en Morgensted, uno de los restaurantes de Christiania.
Para la próxima visita me guardo la casa de Karen Blixen/Isak Dinesen, no demasiado lejos de la capital. Quizá para entonces haya terminado de leer sus Cuentos de Invierno... los empecé antes de marcharme y todavía los tengo por terminar (se me está haciendo más largo que un invierno polar...)