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05 marzo 2019

Unaycien (otoño - invierno)

OCTUBRE

APRENDA A HABLAR OCA EN 100 PALABRAS


- ¿Cómo dices?
- Cuac...
- Lo sé, sé que nos están mirando. Cuéntame algo que no sepa...
- Cuac cuac.
- Me da igual que no sea la hora más propicia para salir a la calle. ¡Mira qué buen tiempo
hace! Estoy harta de salir de noche sólo para que no nos vean. Además, les estoy haciendo
un favor. ¡Cuando vuelvan a casa tendrán algo diferente que contar a su familia!
- ¡Cuac cuac cuac!
- Está bien, está bien... Si te pones así, te haré el dichoso sombrero. No es justo que sea yo
la única que puede camuflarse debajo de uno.
- Cuac.
- De nada.

***

NOVIEMBRE

WAKE UP LITTLE SUSIE



[Se asoma.] No, no vienen. Sí, ya, nos hemos dormido, y es tarde, y si vienen mis padres y nos pillan la bronca va a ser descomunal, pero por suerte NO VIENEN. [Está nerviosa.] ¡Venga, date prisa, ponte los zapatos! ¡No, ni hablar, por aquí no! Si te ven los vecinos y se chivan menudo lío. [Corre.] Sí, por la de atrás, rápido, yo te acompaño. ¡Pero no te rías, boba! [¡Ah! Su risa.] La próxima vez que se te ocurra que pongamos una peli al menos escoge una con la que no nos quedemos dormidas. ¿Repetimos mañana? [Me besa.]

***

DICIEMBRE

SOMEWHERE OVER THE RAINBOW


- Llego tarde.
- Ya te dije que no había ninguna prisa.
- Aun así... me hubiera gustado llegar antes. Reencontrarte antes, vaya. Quizás para ti el tiempo ya no importe, pero para nosotras estos meses han sido un infierno.
- "Infierno". Jeje.
- No querrás decir que...
- No, no. En absoluto. No podríamos estar mejor.
- ¿En serio? Dime, ¿cómo es?
- Es... es difícil de describir. Es completamente diferente a como es todo ahí. No hay palabras para explicarlo. Sería como intentar explicar el color en un mundo en el que solo existe el blanco y el negro.
- ¿El color? ¿Qué es el color? Cuéntame...

***

Las mismas fotos, otras historias, en "Una imagen. Cien palabras."

04 enero 2019

28 agosto 2018

Unaycien (verano)

JUNIO

NIÑA PÁJARO


Se llamaba Emberiza, pero poco más averiguamos. Hablaba un idioma extraño, nadie sabía de dónde había llegado su familia; apareció un verano y nos hicimos amigas de juegos y de risas, ya que no podíamos contarnos secretos. Se pasaba los días saltando de verjas, de bancos, de buzones. Un día fuimos un poco más lejos, al descampado donde aquel olivo, y se lo pasó saltando de las ramas. Parecía que valía cualquier cosa con tal de no tener los pies en el suelo. Cuando llegó el invierno, ella y sus padres recogieron sus cosas y se fueron. O quizás… volaron.

***

JULIO

ADIÓS, TIERRA



Dejar de pisar el suelo. Dejar de moverme en el aire. Dejar de usar tan solo las piernas para desplazarme. Aprender a respirar al compás de las brazadas. Aprender a usar el sol y las estrellas para orientarme. Acostumbrar los ojos a las tonalidades de azul. Acostumbrar los oídos al ruido del agua.

Saltar. Saltar. No mirar atrás. Que no me llamen, que no voy a volver. Ya no les veo. Ya no les oigo. Ya no estoy. Ya soy parte de algo más grande. Ya me acoge, me acuna, me lleva. Ya no soy de vuestro mundo.

Hola, Mar.

***

AGOSTO

GENIO Y KATANAS



¡Maldición! ¿Llego tarde? ¡No puedo llegar tarde o la emperatriz me cortará la cabeza! Me zarandeará y me preguntará que por qué he tardado tanto y le dará igual que le explique lo cuidadosamente que han escogido las rosas más blancas y más frescas de la floristería: perderá el control y ordenará que me rebanen el pescuezo. Habrá un juicio, por supuesto, pero ya sabemos de qué sirven los juicios de su majestad. ¿O es que ya no os acordáis de aquella chica? Alicia, creo que se llamaba. Pobre. Qué sabía ella del genio y las katanas de la emperatriz…

***

Las mismas fotos, otras historias, en "Una imagen. Cien palabras."

25 diciembre 2017

25 noviembre 2017

24 abril 2017

...y los ganadores son...

Me hubiera gustado hacer el sorteo ayer, 23 de abril, pero estuve todo el día fuera, por la mañana paseando y mirando libros y por la tarde en la parada de la Llibreria Al·lots en Rambla Catalunya, y cuando llegué a casa a las diez de la noche no me quedaban fuerzas para nada.

Así que… con un día de retraso sobre el horario previsto, aquí están los ganadores, combinando la gente que participó por aquí y los que lo hicieron a través de Twitter:



Ahora me pondré en contacto con los ganadores para pediros una dirección postal donde enviaros vuestro regalito.

Ojalá tener cinco ejemplares más para poder daros uno a todos los que los habéis pedido, sin necesidad de sorteo, pero no ha sido posible.

¿Hay consuelo?

Sí. Los cuentos incluidos en el fanzine pueden encontrarse ahí afuera, en librerías y bibliotecas. Y para que los busquéis si os apetece, aquí os dejo el índice (y en algún caso, también alguna cosita más…)

El sol
Gonçalo M. Tavares
(Incluido en El barrio, Ed. Seix Barral, 2015)
(podéis leerlo aquí)

La biblioteca
Gonçalo M. Tavares
(Incluido en El barrio, Ed. Seix Barral, 2015)
(podéis leerlo aquí)

Casualidad
Pepe Monteserín
(Con ilustraciones de Pablo Amargo, Ed. Barbara Fiore, 2011)
(podéis escucharlo aquí, que Claudia me regaló su “lectura” el 22 de abril ^^)

Si Ripley fuera poeta, escribiría esto
Jean Murdock
(Incluido en Los poetas que no fueron, con ilustraciones de José María Casanovas, Ed. Thule, 2010)
(podéis leerlo aquí)

Aiznire
Xabier P. DoCampo
(Incluido en El libro de los viajes imaginarios, con ilustraciones de Xosé Cobas, Ed. Anaya, 2008)

Una idea toda azul
Marina Colasanti
(Incluido en En el laberinto del viento, con ilustraciones de Carmen Segovia, Ed. Anaya, 2008)

El vendedor de cuentos [Fragmento]
Jostein Gaarder
(Ed. Siruela, 2002)

Estaba oscuro y sospechosamente tranquilo
Einar Turkowski.
(Ed. Libros del Zorro Rojo, 2007)

Gracias gracias gracias a todos los que habéis participado y comentado, por aquí y por allá :-)

15 abril 2017

(un recopilatorio de librosfera)






la historia es como sigue:

la semana de sant jordi de 2016, la librería la calders (facebook - twitter) hizo un llamamiento para que todo aquel que quisiera fuera a la librería a leer en voz alta textos propios o ajenos.

susanna àlvarez (con quien nos vamos encontrando por aquí y por allá) y yo quedamos allí una mañana para leernos mutuamente, y para leer a todo aquel que pasara por allí.

disfruté mucho seleccionando los textos (en mi caso, ajenos) que quería leer en voz alta. y no me dio tiempo a leerlos todos, pero se me ocurrió una idea...

...y esa idea, es esta especie de fanzine pirata de las fotos de ahí arriba.

digo "pirata", porque legalmente se trata de eso. no hay otra palabra para describirlo. en el fanzine están incluidos los textos que seleccioné para leer en voz alta en la calders en abril de 2016. textos que proceden de libros cuyos derechos de autor no han caducado todavía.

así que sí: soy una pirata.

en mi defensa, alegaré que los fanzines no se venden.
de los 50 ejemplares, me he reservado 40 para regalar a amigos, conocidos, escritores, lectores, y gente varia a la que aprecio y admiro mucho, y los 10 restantes, he pensado en sortearlos entre las personas que los pidan por aquí o por twitter.

así que si queréis un ejemplar, podéis dejar un comentario aquí mismo, dejándome vuestro correo electrónico (os recomiendo que lo hagáis con el formato "minombre(arroba)correo(punto)com" para evitar spam). el 23 de abril haré el sorteo y me pondré en contacto con los ganadores para pedir direcciones de correo postal.

feliz abril.
feliz primavera.
feliz sant jordi.
feliz lectura.

(y si eres un autor incluido en el recopilatorio, por favor no me denuncies. gracias.)

ps: besos a todos los VIP que ya tenéis el fanzine con vosotros y habéis venido aquí a buscar respuestas a la pregunta "¿qué es esto?". espero haber respondido satisfactoriamente. si no, los comentarios también están abiertos para vosotros :-)

06 noviembre 2014

¡Pásame otra gamba!














Así se titula la nueva aventura en la que me he embarcado.
¡Pásame otra gamba!
(Los más veteranos quizás recuerden esto...)
Un microcuento cada semana a cargo de Chus Díaz (alias mondorino), basado en una ilustración de un libro infantil y juvenil escogida pour moi!

Todo lo que necesitan saber, aquí.
Y aquí, el microcuento que da inicio a esta serie, escrito por Chus tomando como punto de partida una ilustración de Einar Turkowski (ya saben, autor fetiche!)

Cada jueves, en otro rinconcito de Internet...

23 diciembre 2011

Hora de cierre

Chus escribe microcuentos y los comparte en Internet. Los podéis leer en su blog, en su twitter, o en las recopilaciones que ha hecho de los mismos en bubok (como esta o esta otra).
Desde hace un tiempo, cada lunes los que la seguimos ávidos de cápsulas cuentísticas nos encontrábamos con un reto: encontrar la palabra entre líneas.

... y la persona que más palabras encontró en esta primera ronda fui yo...
... y no me puedo creer la suerte que he tenido, porque... Chus me ha escrito un microcuento. Solo para mí.
... y es el más bonito del mundo.

¿Quieren leerlo? Se titula "Hora de cierre" y dice así:

Cuando el último niño sale de la biblioteca, ella empieza su ronda. Cierra la puerta con llave, coloca bien las sillas y devuelve los libros olvidados a las estanterías. Después regresa a su mesa. Del primer cajón saca su labor de punto: un jersey diminuto que está a punto de terminar. Enciende la radio, y un río de notas alegres inunda la sala al instante. “¡Vía libre!”, grita ella. Y sus palabras despiertan la magia: uno por uno, los protagonistas de los libros infantiles abandonan su refugio de papel y saltan a la realidad. Todos corren a sentarse a su alrededor, como cada noche, para que les cuente historias maravillosas del mundo real. Mientras los personajes se acomodan, ella examina la labor diminuta que está tejiendo y asiente, satisfecha. Pulgarcito estará realmente guapo con su nuevo jersey.

***
Este año de Navidad extraña (en un piso sin calefacción, sin muebles, lleno de polvo y de cajas) no se me ocurre un regalo mejor. Gracias Chus :-)

21 marzo 2011

Black is black

Quise cometer el asesinato perfecto. Me arrojé a las vías del ferrocarril y a la semana... mi amada moría de tristeza - Luciano Raúl Nahás.

El niño ocultó el arma bajo la almohada e inventó una historia - Asmara Gay.

***

Son los dos microrelatos, negros negrísimos, que han ganado el primer concurso de género negro y policíaco que la biblioteca y el centro cultural La Bòbila organizaron en twitter y facebook. Se presentaron más de 1000 microrelatos (disponibles en línea), de entre los cuales han salido dos ganadores, uno escogido por el público (el de Luciano) y otro por un jurado (el de Asmara).

No soy una gran lectora de género negro y policíaco, pero es un género que me cae bien. Tiene sus frikis, igual que yo lo soy de otras cosas... y estoy segura de que en un universo paralelo en lugar de moderar las tertulias de Al·lots modero las de Negra y Criminal.

Si les gusta el género, tienen que seguir de cerca a la biblioteca, aunque vivan ustedes lejos... Mantienen un buen puñado de blogs (y seguro que me dejo alguno) y un mapa en Google de bibliotecas y librerías especializadas en el género de todo el mundo (para los que se llevan su afición cuando viajan). Además, si no lo hacen podrían perderse joyitas como ésta :-)

06 octubre 2010

Números



En Librosfera estamos tan enfrascados en las letras, que a veces nos olvidamos de lo importantes que son también los números.

***

¿Les había dicho alguna vez que Millás es uno de mis autores favoritos? Por aquí le hemos mencionado varias veces, así que puede ser que sí lo haya comentado alguna vez. ¿Mis favoritos? El orden alfabético - de vuelta a las letras - y Tonto, muerto, bastardo e invisible. En su página web pueden leer cientos de sus cuentos cortos, muchos de ellos publicados en El País.

El vídeo corresponde al nuevo libro pop-up de Marion Bataille, que esta vez se centra en los números en lugar de en las letras. Esperemos poder dar pronto las gracias - de nuevo - a Kókinos.

30 junio 2010

Baixauli & Melville

És la meua última voluntat que el meu cos sense vida siga comprimit i se li done posterior sepultura dins l'hermètica vocal de la paraula "jo", a la setena línia de la pàgina 123 de Moby Dick, dins l'exemplar que reposa al prestatge més alt del meu estudi.

[Intento de traducción: "Es mi última voluntad que mi cuerpo sin vida sea comprimido y se le dé posterior sepultura dentro de la hermética vocal de la palabra "yo", en la séptima línea de la página 123 de Moby Dick, en el ejemplar que reposa en el estante más alto de mi estudio."]

***
"Voluntat" és el títol d'aquest microconte, el més curt, i un dels més literaris, del recull Espiral, de Manuel Baixauli, un llibre ple de presències fantasmagòriques.

Li dedico a la Berta, pels seus reiterats intents, i al Carles, que potser passarà uns quants mesos en companyia de la gran balena blanca...

15 enero 2010

Microcuento



¿No les parece?

30 septiembre 2009

Té de lágrimas

[Un cuento de Arnold Lobel. Yo lo leí en Búho en casa, editado por Ekaré.]

Búho sacó una tetera del armario.
- Esta noche haré té de lágrimas - dijo -.
Puso la tetera en sus piernas.
- Ahora - dijo -, comenzaré.
Se quedó muy quieto en su silla y se puso a pensar en cosas tristes.
- Sillas con las patas rotas - dijo Búho -.
Los ojos se le llenaron de lágrimas.
- Canciones que no se pueden cantar - dijo Búho -, porque las letras han sido olvidadas.
Búho comenzó a llorar. Una gran lágrima rodó por su mejilla y cayó en la tetera.
- Cucharas que han caído detrás de la estufa y nunca más serán encontradas - dijo Búho -.
Más lágrimas cayeron en la tetera.
- Libros que nunca más podrán ser leídos - dijo Búho -, porque algunas páginas les han sido arrancadas.
- Relojes que se han detenido - dijo Búho -, y no hay nadie cerca para darles cuerda.
Búho estaba llorando. Grandes lagrimones caían dentro de la tetera.
- Amaneceres que nadie vio porque todo el mundo estaba durmiendo - dijo Búho sollozando -.
- Puré de papas abandonado en un plato porque nadie quiso comérselo - dijo llorando -. Y lápices que son demasiado cortos para escribir con ellos.
Búho pensó en muchas otras cosas tristes.
Lloró y lloró.
Pronto, la tetera estuvo llena de lágrimas.
- Bueno - dijo Búho -, ¡ya estamos listos! Búho paró de llorar. Puso a hervir la tetera sobre la estufa para hacer té.
Búho se sintió contento mientras llenaba su taza.
- Esta un poco salado - dijo -, pero el té de lágrimas siempre cae muy bien.

26 noviembre 2008

Novetats editorials, de Jordi Sánchez i Monsó

"El mal als braços abans de quedar-se adormida li confirmà que el tamany importa de debò quan qui t'acompanya al llit és un llibre".

[Intento de traducción: "El dolor de brazos antes de quedarse dormida le confirmó que el tamaño realmente importa cuando quien se acuesta contigo es un libro".]

Este fue el microrelato ganador de la segunda entrega de los premios Qwerty. ¿Se acuerdan?

Felicidades, Jordi Sánchez i Monsó, por el premio.

[Acompaña la entrada una estupenda solución de Sew Liberated para esos libros en los que, como bien señala Jordi, el tamaño sí importa...]

27 julio 2007

Por qué no se deben cerrar los libros de golpe


Rosa y la oveja negra tenían una biblioteca de libros especiales. Cuando se sentaban en los sillones a leer, les daba un misterioso escalofrío por la espalda. Poco después notaban cómo empezaban a flotar por encima de los asientos. Y, a medida que seguían leyendo, se iban elevando más y más hacia el techo de la habitación. Rosa y la oveja negra nunca cerraban los libros de golpe para evitar caídas. Preferían hacerlo poquito a poco. De esta manera, regresaban lentamente a sus sillones y disfrutaban más de la lectura.

[Uno de los Cuentos como pulgas de Beatriz Osés, aunque éste no aparece en el libro, sino en el número 205 de la revista CLIJ. La imagen es un clipart de Discovery School que podéis descargar desde aquí.]

31 enero 2006

Ruth Cole's moleman

Imagine a mole twice the size of a child, but half the size of most adults. This mole walked upright, like a man, and so he was called the moleman. He wore baggy pants, which hid his tail, and old tennis shoes that helped him to be quick and quiet.

The moleman's job was hunting little girls. He liked to catch them and carry them back underground with him, where he kept them for a week or two. The little girls didn't like it underground. When the moleman finally let them go, they would have dirt in their ears and dirt in their eyes - and they would need to wash their hair every day for ten days before they stopped smelling like earthworms.

The moleman was blind, and his ears were so small that they fit inside his head. He couldn't see the little girls, and he could barely hear them. But he could smell them with his star-shaped nose - he could smell them especially well when they were alone. And his fur was velvety - you could brush it in any direction without resistance. If a little girl stood too close to him, she could not resist touching his fur. Then, of course, the moleman would know she was there.

When Ruthie and her daddy finished dinner, Ruthie's daddy said: "We're out of ice cream. I'll go to the store and get some ice cream, if you clear our dishes from the table."
"Okay, Daddy," Ruthie told him.
But that meant she would be alone with the moleman. Ruthie didn't realize that the moleman was in the dining room until after her daddy had gone.

Ruthie was careful not to drop a knife or a fork, because even a mole can hear a sound as loud as that. And although she could see him, she knew that the moleman couldn't see her. At first Ruthie went straight to the garbage; she tried putting old eggshells and coffee grounds in her hair, so that she wouldn't smell like a little girl, but the moleman heard the eggshells cracking. And besides, he liked the smell of coffee grounds. Something smells like earthworms! the moleman thought, sniffing closer and closer to Ruthie.

Ruthie ran upstairs. She had to get rid of the coffee grounds and eggshells. She had to try to smell like her daddy instead! And so she dressed herself in his unwashed laundry, she put his shaving cream in her hair. She even rubbed her face with the soles of his shoes, which she realized was a bad idea. Moles like dirt. She scrubbed the dirt off and put on more shaving cream, but she had to hurry - it would be a very bad idea to be trapped upstairs with the moleman. And so she tried to sneak past him on the stairs.

The moleman smelled an adult sort of smell, which he shrank away from. But Ruthie had got some shaving cream up her nose. She needed to sneeze. Even a mole can hear a sneeze. Ruthie tried to stop a sneeze three times, which is no fun - it makes your ears feel awful. And each time she made a small sound that the moleman could faintly hear. He cocked his head in her direction.

What was that sound? he was thinking. How he wished he had external ears! It had been a sound like someone trying not to make a sound. He went on listening. He went on sniffing, too, while Ruthie didn't dare move. She just stood there, trying not to sneeze. She also had to try hard not to touch the moleman. His fur looked so velvety!

What is that smell? the moleman kept thinking. Boy, did some guy need to change his clothes! The same guy must have been shaving three times a day. And somebody had touched the bottom of a shoe. And somebody had broken an egg, too - and spilled some coffee. Someone is a mess! the moleman thought. But somewhere, in all of that, there was a little girl who smelled almost alone. The moleman knew this because he could smell her baby powder. After her bath, the moleman was thinking, she puts baby powder in her armpits and between her toes. This was one of those wonderful things that impressed the moleman about little girls.

His fur looks so soft, I think I'll faint - or sneeze, Ruthie thought.

"It's me - I'm home!" Ruthie's daddy cried. "I got two flavors!"

Ruthie sneezed. Some of the shaving cream was sprayed on the moleman. He hated shaving cream. And it's not easy to run when you're blind. The moleman bumped into the newel post at the bottom of the stairs. He tried to hide behind the coat tree in the front hall again, but Ruthie's daddy saw him and grabbed him by the seat of his baggy pants, where his tail was, and threw him out the front door.

Then Ruthie got a special treat. She was allowed to eat two flavors of ice cream and take a bath at the same time, because no one should go to bed smelling of old laundry and shaving cream and eggshells and coffee grounds - and only a little bit of baby powder. Little girls should go to bed smelling of lots of baby powder, and nothing else.

And that, is the end of the story.

(From A Widow for One Year, by John Irving)

Post-it 1: BCID 663-3054196. Es un libro libre. Ahora que ya lo he terminado, lo liberaré el jueves por la mañana en la azotea de la facultad de filología de la UB, en Plaza Universidad.

Post-it 2: volver a escribir a la gente de Tusquets y decirles que ya les vale... El título "El ruido de alguien que no quiere hacer ruido" corresponde con este cuento, y no con el texto que ellos han publicado...

18 enero 2006

The door in the floor

There was a little boy who didn't know if he wanted to be born. His mommy didn't know if she wanted him to be born, either. This is because they lived in a cabin in the woods, on an island, in a lake - and there was no one else around. And, in the cabin, there was a door in the floor.

The little boy was afraid of what was under the door in the floor, and the mommy was afraid, too. Once, long ago, other children had come to visit the cabin for Christmas, but the children had opened the door in the floor and they had disappeared down the hole, under the cabin, and all their presents had disappeared, too.

Once the mommy had tried to look for the children, but when she opened the door in the floor, she heard such an awful sound that her hair turned completely white, like the hair of a ghost. And she smelled such a terrible smell that her skin became as wrinkled as a raisin. It took a whole year for the mommy's skin to be smooth again, and for her hair not to be white. And when she'd opened the door in the floor, the mommy had also seen some horrible things that she never wanted to see again, like a snake that could make itself so small that it could sneak through the crack between the door and the floor - even when the door was closed - and then it could make itself so big again that it could carry the cabin on its back, as if the snake were a giant snail and the cabin were its shell.

The other things under the door in the floor are so horrible that you can only imagine them.

And so the mommy wondered if she wanted to have a little boy in a cabin in the woods, on an island, in a lake - and with no one else around - but especially because of everything that might be under the door in the floor. Then she thought: Why not? I'll just tell him not to open the door in the floor!

Well, that's easy for a mommy to say, but what about the little boy? He still didn't know if he wanted to be born into a world where there was a door in the floor, and no one else around. Yet there were also some beautiful things in the woods, and on the island, and in the lake.

Why not take a chance? the little boy thought. And so he was born, and he was very happy. His mommy was happy again, too, although she told the little boy at least once ever day, "Don't you ever, not ever - never, never, never - open the door in the floor!" But of course he was only a little boy. If you were that boy, wouldn't you want to open that door in the floor?

And that, is the end of the story.

(From A Widow for One Year, by John Irving)

Post-it: escribir a los editories de Tusquets y pedirles por favor por favor por favor que publiquen este cuento de John Irving. Al fin y al cabo, no van a publicar El ruido que hace alguien cuando no quiere hacer ruido sin publicar The door in the floor, no? Sería casi un delito...