"Una de las propiedades más extrañas de la mecánica cuántica es que, en ese mundo microscópico, un objeto no está ni aquí ni allí, sino en los dos sitios a la vez. Y no tiene una forma estable: sólo cuando lo observas quedan definidas sus propiedades. Todo en él es difuso, pero no porque no lo veas bien, sino porque es así. Es como una película completamente borrosa que se va enfocando y construyendo conforme la vas mirando."
(Lo dice Ignacio Cirac, premio Príncipe de Asturias 2006 de Investigación. Haz click aquí para leer el artículo entero).
Tras leer esto, me pregunto si al levantar la vista del libro y dejarme despistar, durante fracciones de segundo, por el mundo que me rodea, no aprovecharán las letras, los puntos, las comas, los acentos y los números de página para reordenarse, mezclarse, borrarse y reimprimirse (lo que antes era "por arte de magia" ahora sería "por arte de ciencia"), aprovechando para intercambiar moléculas de tinta en un frenético ir y venir, fundiéndose y separándose, para luego volver a su sitio, como si nada hubiera sucedido, cuando devuelvo la mirada al texto.
Quién sabe de la vida cuántica de los libros...
24 agosto 2006
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13 comentarios:
Pues, en mi caso, me ocurre que las letras bailan, juegan, corretean y hasta batallan en los momentos en los que, vencido por Morfeo, entro en duermevela con el libro aún en las manos.
¿Es grave, doctor?
La verdad es que si los libros y sus letras deciden algún día vivir cuánticamente, los bibliotecarios van a tener serios problemas en su trabajo...
Los bibliotecarios YA tenemos serios problemas en nuestro trabajo por culpa del espacio-b (ver entrada del 20.08.2006 de http://unoquepasaba.blogspot.com).
La física, Sfer, la física es la culpable. Sea cuántica o espacial.
Su reflexión es digna de Borges.
Bonita idea, lisérgica Sfer; el problema es que la mecánica cuántica solo funciona en el universo de lo muy, muy, muy pequeño. Y como los libros son cada vez más gordos, pues eso, que la física que se les aplica es la relativista, no la cuántica.
Aun así, las teorías de Einstein también nos permiten jugar con los libros. Por ejemplo, si escribimos un libro denso, muy denso, la hostia de denso, y lo ponemos en la Biblioteca de Babel, el libro, al ser tan denso, se transformará en un agujero negro que, por su poderosa atracción gravitatoria, se tragará todos los libros de la bibloteca, convirtiéndose en un aleph.
Al final, siempre llegamos a Borges.
En realidad no sólo cambian las letras de tu libro cuando no lo miras. En realidad cambia todo lo que no puedes ver. La realidad se disuelve y se vuelve a condensar cada vez que apartas la mirada o la vuelves a fijar.
Que sí, que sí.
Que el aleph era un caleidoscopio hasta que Borges se fijó en él.
Si además de tragarse todos los libros se tragara también a todos los freakyusuarios, no estaría tan mal... verdad que no, Fer? :-D
Es imperdonable que todavía no haya leído a Borges. Voy a tener que planificar las lecturas de los próximos meses de manera que desemboquen irremediablemente en él.
"La realidad se disuelve y se vuelve a condensar cada vez que apartas la mirada o la vuelves a fijar."
La de dinero que se habrían ahorrado los consumidores de LSD si hubieran sabido un poco más de física cuántica...
(Y sí, ya, ya lo dejo.)
¡¡¡¿Que no has leído a Borges, alma de cántaro?!!! Ahora mismo te compras "Ficciones" y "El aleph" y los copias cien veces...
Un lugar donde se mezclan Borges, mecánica quántica, libros y las singularidades del universo relativista de Einstein… Me gusta.
Y, sin embargo, mientras leía no he podido evitar pensar en la realidad fluida de Heráclito, porque todo fluye y lo que vemos es tan igual como diferente a lo que mirábamos unos segundos antes.
Letras fluyendo que no son las mismas ya, aunque pertenecientes al mismo todo, que las letras que leía hace unos minutos…
¿Freakyusuarios, Sfer? Perdona, pero si es por algo que dije no lo pillo. ¿Quizás por los Vampiratas? ¿Quizás por las novelas danbrownianas y sus émulas?
En ese caso, apoyo la moción. Que venga el Aleph si quiere, que yo le ayudo con mi modesta aspiradora Braun (¿se puede hacer publicidad?).
De Borges, además, recomiendo Historia universal de la infamia.
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