01 febrero 2006

Manías lectoras

LO QUE HAGO SIEMPRE...

- Apuntar frases que me gustan en una libreta. No una cualquiera, por supuesto. Tengo una expresamente para ello. Un modelo concreto de la Miquelrius (Note Book 4 Spot). De vez en cuando me entra la paranoia austeriana de que dejarán de hacerlas y tengo que pasarme por “La Carpeta” para comprobar que siguen teniendo...


- Alternar lecturas en inglés y en castellano. Más raramente, leo en catalán. A pesar de haber recibido toda la escolarización en catalán, sigo prefiriendo los otros dos idiomas, uno heredado de familia y el otro por defecto universitario.

- Subrayar los libros. Sólo los míos, por supuesto. En alguna ocasión los de Nh, si me deja...

- Usar una serie limitada de puntos de libro. Tengo mi punto para los libros en inglés, mis dos puntos para la literatura juvenil, y mi punto para el resto de lecturas. A pesar de tener un tarro repleto de puntos de libro diferentes, es simple afán acumulativo. Casi nunca los uso.

- Tener tentaciones, pero evitarlas casi siempre, de leer la última frase.

- Saltarme párrafos para saber el desenlace de las escenas intrigantes. También intento evitarlo, como lo de leer la última frase, pero casi nunca lo consigo. A veces he conseguido posar mi vista directamente en la frase o palabra clave. Siempre me he arrepentido, pero no puedo dejar de hacerlo. El último ejemplo (para los que no lo hayáis leído y tengáis intención de hacerlo, yo de vosotros no seguiría): en A Widow for One Year, en el último capítulo, me he enterado de que la mujer que aparece en la estación de tren es Marion unos cuantos párrafos antes de que se entere Eddie. Lo sospechaba pero necesitaba saberlo, así que hacia el primer diálogo se me han saltado los ojos, desvelando el misterio.

- Leer casi en cualquier sitio, sobre todo en los transportes: metro, tren, autobús, escaleras mecánicas... Incluso andando.

LO QUE NO ME IMPORTA...

- El tamaño de la letra. Creo que el libro con la tipografía más pequeña que he leído jamás fue Vanity Fair, en la edición de bolsillo más tirada de Penguin.

- La calidad de la edición. Sí, soy sibarita, como todos; me gusta el papel de calidad, las portadas de tacto sedoso de las que no te separarías ni para dormir... pero leo y compro lo que sea. No me verás decir que no a un libro porque sea de bolsillo o el papel esté amarillento.

- Así como yo subrayo libros, no me importa leer libros que están subrayados. Es más, me hace especial gracia ver lo que ha llamado la atención a otras personas. El último ejemplo: el ejemplar de A Widow for One Year, un libro libre, tenía subrayados una gran cantidad de los llamados “phrasal verbs” (odio la expresión "verbos frasales"). Quien se lo leyera, o tenía una especial predilección por los mismos, o no entendía ninguno, o tenía que coleccionarlos por alguna razón que ahora me gustaría saber...

LO QUE NO SOPORTO...

- Encontrarme con arena en los libros. Me parece perfecto que a la gente le guste leer en la playa, pero por favor... ¿tanto cuesta quitarles la arena antes de devolverlos a la biblioteca?


- Las páginas dobladas.

- La gente que forra los libros con papel de periódico, de regalo, o cualquier otro material opaco que no permiten saber lo que están leyendo. He decidido que todos esos libros forrados son ejemplares de “El Código Da Vinci” y que no la persona que lo está leyendo no merece la más mínima atención y lo que lee el más mínimo interés.

- La gente que en el metro, en vez de un libro, leen el "Qué!". Puedo tolerar a los que leen algún otro periódico gratuito, pero no ese...


¿Y vosotros?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay el mundo de las manías...!! Aquí van unas cuantas.

- No me gusta leer la contraportada de las novelas, al igual que tampoco me gusta haber visto el trailer de una peli antes... Prefiero que mi mente sea virgen (ups!) a la hora de empezar un libro.. que en las primeras páginas empiece a desvelar qué me voy a encontrar... como cuando entras en una habitación oscura y metes primero la cabeza, tímidamente, antes de entrar por completo...

- En cuanto a los puntos de libro, son imprescindibles para mí pero... los odio cuando estoy leyendo en el sofá o en la camita y cuando decido cerrar el libro y poner el punto... ¿donde está el punto???. Acaba apareciendo, pero eso sí después de hacerme levantar sábanas, colchas, cojines, mantitas, ...

- Apunto los libros que he leído (porque no los compro todos!! ya me gustaría...)y los que quiero leer. El problema es que la lista de los que quiero leer empieza a ser más larga de lo que mi tiempo vital dará...

Creo que tengo muchas más, pero eso será en otra ocasión!!

Gracias Silvia por darnos la oportunidad de hablar de estas cosillas que nos gustan a los "locos de los libros"...

sfer dijo...

De acuerdo totalmente con lo de los puntos de libro. Además, cuando uso alguno que me gusta especialmente y no lo encuentro a la primera, siempre me levanto sobresaltada por si lo habré doblado o arrugado sin querer.

Y, al leer las tuyas, me he acordado de otra de mis manías: si el libro me lo he comprado yo, me gusta dejarle la etiqueta del precio. Así, cuando me haga vieja y quiera releer alguna de esas novelas, podré pensar "mira qué baratos eran los libros en mi juventud", como cuando ahora, paseando por el mercado de San Antonio, veo TBOs a 50 ptas :)

Anónimo dijo...

si el llibre es robat poso el mes i l'any davant del meu nom.
si es comprat poso primer el nom i despres la data.

sfer dijo...

Vaja... i en tens molts, de robats?? o_O

Anónimo dijo...

deu n'hi doret,
però mai robo als amics ni a les biblioteques;)
mai.

sfer dijo...

Em recomforta saber que ets una persona amb principis XD (i m'agrada això de les biblioteques, je je...)