10 diciembre 2008
Para la princesa guisante
La de hoy, va con dedicatoria.
[Ilustración de Elena Odriozola para La princesa y el guisante, de Andersen, editado por Anaya.]
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3 comentarios:
Me encanta este cuento, era mi preferido de pequeña porque empatizaba con esta princesa insomne... Lástima que yo nunca encontré el guisante que impedía mi sueño... :P
snif, snif... ay, que me emociono...
muacks!!
Versión resumida del cuento:
Había una vez un príncipe que quería casarse con una princesa, pero tenía que ser una princesa de verdad. Cierta noche se desencadenó una espantosa tormenta. En el umbral de palacio apareció una princesa. El agua le chorreaba por el vestido y por el cabello sin embargo ella afirmaba que era una princesa de verdad. Así que exigía ser hospedada con la calidad de su rango¡. "¡Esto lo averiguo yo enseguida¡", pensó la anciana reina... Se metió en el dormitorio donde dormiría la princesa, quitó toda la ropa de la cama y encima del somier puso un guisante... y encima del guisante colocó veinte colchones de pluma y veinte edredones de lana. A la mañana siguiente le preguntaron cómo había dormido. "¡Oh! terriblemente mal¡. ¡Dios sabrá lo que había en la cama¡, !he dormido encima de algo tan duro que tengo el cuerpo lleno de magulladuras y moretones¡”. Así pudieron comprobar todos que era una princesa de verdad, ya que tan solo una auténtica princesa puede notar la presencia de un guisante a través de veinte colchones y veinte edredones. De modo que el príncipe se casó con ella y el guisante lo guardaron en la cámara del tesoro, donde debe seguir todavía… si nadie se lo ha llevado.
Lo que ningún cuento dice es que la princesa pasó su insomne noche, además de dando vueltas en la cama, leyendo una intrigante/romántica/terrorífica novela... como podemos ver en la ilustración de Odriozola :-)
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