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La oscuridad fría, asfixiante, se prolonga eternamente. Y nosotros estamos solos. Vivimos nuestras vidas sin nada mejor que hacer. Luego inventamos una razón. Nacemos del olvido; concebimos hijos, condenados como nosotros; volvemos al olvido. No hay nada más. La existencia es aleatoria. No tiene patrón salvo el que imaginamos después de mirarla mucho tiempo. Ningún significado salvo el que tratamos de imponer. Este mundo sin timón no fue creado por fuerzas metafísicas. No es dios que mata a sus hijos. No es el destino que los destripa o se los da a los perros. Somos nosotros. Sólo nosotros. (Rorschach)

Pero el mundo está lleno de gente, tan lleno de estos milagros, que se vuelven habituales y los olvidamos... Yo lo olvido. Miramos tan a menudo al mundo, que se vuelve monótono a nuestra vista. Pero visto desde otra perspectiva, como si fuera nuevo, vuelve a ser asombroso. Vamos... sécate las lágrimas porque eres vida, más rara que un quark y más improbable que los sueños de Heisenberg; el barro en el que las fuerzas que dan forma a las cosas dejan su huella de forma más clara. Sécate las lágrimas... y vámonos a casa. (Dr. Manhattan)

[Háganse un favor: acérquense a la biblioteca más cercana, y llévense a casa Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons. Quizá se arrepientan de ir a ver la película, pero no creo que lo hagan de leer el cómic...]