"Ahora mismo, cuando vuestro hijo tiene seis, u ocho, o diez, o doce años. Luego sería demasiado tarde. Demasiado tarde para Blancanieves y para el Doctor Dolittle, demasiado tarde para unas aventuras de Tom Sawyer y un Robinson Crusoe; demasiado tarde para tanta ilusión y tantas emociones. Sencillamente, demasiado tarde para encontrar el camino de la más extraordinaria de todas las aventuras."
Mis hijos guardan sus primeros cuentos que les compramos cuando tenína esas edades, ahora ellos me traen libros que yo nunca he leído. Saludos cordiales.
Hay otra manera de leer las palabras de Lindgren, a la que yo contestaría que nunca es tarde para leer Tom Sawyer ni Robinson Crusoe. De hecho, yo lo hice bastante crecidita (en la facultad). Pero eso no quita que tenga toda la razón del mundo...
Yo también les llevo libros a mis padres... Especialmente a mi madre, desde que trabajo en una biblioteca pública :-)
Lo que más me fastidia, seleucus, es ser parte de ese estado. Los niños se portan mal en la sala infantil de la biblioteca, los padres no hacen nada, pero cuando soy yo la que los riñe, entonces me dicen "Eso, eso... regáñales a ver si se portan bien." Me dan ganas de decirle "oiga, señora... ¿y por qué no los regaña usted?"
(Ala, ya está, ya me he desquitado por hoy... y eso que de aquí a las palabras de Lindgren hay un trecho, pero bueno...)
Nací en Barcelona y siempre he vivido por aquí cerca. Soy licenciada en Filología Inglesa y trabajo en una Biblioteca Pública de la provincia de Barcelona. Adoro leer, coser y navegar (virtualmente). Bienvenid@s.
4 comentarios:
Cuánta razón hay en esas palabras.
Mis hijos guardan sus primeros cuentos que les compramos cuando tenína esas edades, ahora ellos me traen libros que yo nunca he leído.
Saludos cordiales.
Los críos se pasan el día delante de la tele porque los padres han abdicado de su función natural. La han delegado en el Estado.
Hay otra manera de leer las palabras de Lindgren, a la que yo contestaría que nunca es tarde para leer Tom Sawyer ni Robinson Crusoe. De hecho, yo lo hice bastante crecidita (en la facultad). Pero eso no quita que tenga toda la razón del mundo...
Yo también les llevo libros a mis padres... Especialmente a mi madre, desde que trabajo en una biblioteca pública :-)
Lo que más me fastidia, seleucus, es ser parte de ese estado. Los niños se portan mal en la sala infantil de la biblioteca, los padres no hacen nada, pero cuando soy yo la que los riñe, entonces me dicen "Eso, eso... regáñales a ver si se portan bien." Me dan ganas de decirle "oiga, señora... ¿y por qué no los regaña usted?"
(Ala, ya está, ya me he desquitado por hoy... y eso que de aquí a las palabras de Lindgren hay un trecho, pero bueno...)
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