Hace unos días que he empezado a leer Biblioteca, de un autor portugués un tanto desconocido, Gonçalo M. Tavares (si no me equivoco, el blog no lo mantiene él, sino su agencia...). Yo lo descubrí por sus libros sobre el barrio de los artistas, El señor Valéry y El señor Henri (tengo pendiente El señor Brecht, que hace unos meses que espera impaciente en la estantaría, y espero que Mondadori se anime a seguir publicando esta maravillosa serie en la que cada libro explica detalles, anécdotas, reflexiones... sobre el personaje que le da título).
Pero Biblioteca no tiene nada que ver con ellos... En él, Tavares hace un recorrido por autores de la literatura universal. No nos explica qué criterio ha seguido para escoger a unos y no a otros, pero una siente que son aquellos que, simplemente, le han inspirado lo suficiente como para sentarse a escribir algo sobre su lectura.
Nos avisa antes de empezar que, lo que ha escrito, no está inspirado en la biografía de los autores en ningún caso, sino por su obra. "Una idea o sólo una palabra más utilizada por el escritor (a veces, incluso asociaciones inconscientes y puramente individuales) están en el origen del texto. Pero cada fragmento sigue su propio ritmo."
Todo este preludio, para introducirles algunos de los fragmentos de Tavares. No los he escogido por los autores en sí, sino por las reflexiones que hace a raíz de su lectura. No siempre son obvias (de hecho, creo que hasta ahora no me he encontrado con ninguna que sea obvia, y sí con muchas que se me escapan completamente), pero me gustan... Espero que a ustedes también.
Sin más, les dejo con...
ARISTÓTELES
Un filósofo debería tener una lámpara para leer y otra lámpara para ver el cuerpo de una mujer desnuda. Si utiliza la misma lámpara para las dos actividades el filósofo se arriesga a confundirlo todo; leyendo a la mujer de principio a fin, y durmiendo con el libro, de modo simultáneamente perverso y apasionado.
Claro que si fuéramos minuciosos descubriríamos lugares en la mujer que permiten un funcionamiento parecido al acto de pasar las páginas de un libro. Existen los párpados, los diez dedos de los pies y de las manos, e incluso otras partes, más privadas, que por decoro la literatura no debería tocar. Sin embargo, el hombre apasionado, sí.
CAMILO JOSÉ CELA
Ningún sistema deja más libres las camas que un hombre que se sienta en el café a observar a los demás.
Hay hombres que entran en una librería como si entrasen en una carnicería y escogen el trozo más apetecible por su apariencia, olvidando por completo, por debajo de la encuadernación colorista, la cantidad de proteínas y glúcidos, y, principalmente, la cantidad de tu cabeza que el libro exige de ti.
Como las carnes rojas colgadas en un gancho, una carnicería es la arquitectura de una masacre doméstica.
CHARLES BAUDELAIRE
Hay alunas sustancias en el mundo que trastornan al hombre, como es el caso de un poema. Casos también del alcohol, de algunas drogas, del aire de algunas montañas a cierta altura. Y si a la traición amorosa la llamáramos sustancia también ella es significativa en esa mala cosa que barre el mundo: el trastorno orgánico y la rabia.
Os lo digo yo: algunos poemas tienen hachís.
Pero Biblioteca no tiene nada que ver con ellos... En él, Tavares hace un recorrido por autores de la literatura universal. No nos explica qué criterio ha seguido para escoger a unos y no a otros, pero una siente que son aquellos que, simplemente, le han inspirado lo suficiente como para sentarse a escribir algo sobre su lectura.
Nos avisa antes de empezar que, lo que ha escrito, no está inspirado en la biografía de los autores en ningún caso, sino por su obra. "Una idea o sólo una palabra más utilizada por el escritor (a veces, incluso asociaciones inconscientes y puramente individuales) están en el origen del texto. Pero cada fragmento sigue su propio ritmo."
Todo este preludio, para introducirles algunos de los fragmentos de Tavares. No los he escogido por los autores en sí, sino por las reflexiones que hace a raíz de su lectura. No siempre son obvias (de hecho, creo que hasta ahora no me he encontrado con ninguna que sea obvia, y sí con muchas que se me escapan completamente), pero me gustan... Espero que a ustedes también.
Sin más, les dejo con...
ARISTÓTELES
Un filósofo debería tener una lámpara para leer y otra lámpara para ver el cuerpo de una mujer desnuda. Si utiliza la misma lámpara para las dos actividades el filósofo se arriesga a confundirlo todo; leyendo a la mujer de principio a fin, y durmiendo con el libro, de modo simultáneamente perverso y apasionado.
Claro que si fuéramos minuciosos descubriríamos lugares en la mujer que permiten un funcionamiento parecido al acto de pasar las páginas de un libro. Existen los párpados, los diez dedos de los pies y de las manos, e incluso otras partes, más privadas, que por decoro la literatura no debería tocar. Sin embargo, el hombre apasionado, sí.
CAMILO JOSÉ CELA
Ningún sistema deja más libres las camas que un hombre que se sienta en el café a observar a los demás.
Hay hombres que entran en una librería como si entrasen en una carnicería y escogen el trozo más apetecible por su apariencia, olvidando por completo, por debajo de la encuadernación colorista, la cantidad de proteínas y glúcidos, y, principalmente, la cantidad de tu cabeza que el libro exige de ti.
Como las carnes rojas colgadas en un gancho, una carnicería es la arquitectura de una masacre doméstica.
CHARLES BAUDELAIRE
Hay alunas sustancias en el mundo que trastornan al hombre, como es el caso de un poema. Casos también del alcohol, de algunas drogas, del aire de algunas montañas a cierta altura. Y si a la traición amorosa la llamáramos sustancia también ella es significativa en esa mala cosa que barre el mundo: el trastorno orgánico y la rabia.
Os lo digo yo: algunos poemas tienen hachís.
4 comentarios:
Mágnífico Tavares. Yo también lo descubrí por la serie de El Barrio...grandes personajes en pequeños libros y acertadas ilustraciones. Me recordaron a otro portugués, esta vez, autor de cómics, que recomiendo vivamente: José Carlos Fernandes y su serie de La Peor Banda del Mundo.
Tengo una gran deuda con estos dos portugueses.
Por cierto gran portada la de Biblioteca. Y, aprovecho para recomendarte también una pequeña obra de Tavares: Historias Falsas, de la misma editorial.
Saludos y besos.
Tavares es un maestro en todos los sentidos. Yo acabo de leer 'Agua, perro, caballo, cabeza' y no deja de sorprenderme su capacidad estilística. Creo que Mondadori va a reeditar 'Jerusalém': lo espero con ganas.
Sfer,
M'encanta el teu blog. Sempre hi trobo coses interessants.
Gràcies!
Sé que ya lo he dicho antes, pero ahora lo dice Yago. Háganle caso y lean "La peor banda del mundo"...
(Ya le tengo el ojo echado a las Historias falsas... y también a "La máquina de Joseph Walser". El que no tenía controlado era el de "Agua, perro, caballo, cabeza", pero lo buscaré... gracias, F.Alvarez!)
I gràcies també a tu, Laura... espero que sempre que tornis marxis amb la mateixa sensació :-)
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