[En el centro de la imagen, Roberto Innocenti, en la biblioteca Xavier Benguerel de Barcelona.]
Si no conocen a Roberto Innocenti, quizá ahora sea el momento de poner remedio. El lunes pasado se conjuraron unos cuantos astros para hacer posible su paso por Barcelona. Qué gozo ver una sala de actos llena a rebosar, incluso con gente sentada en el suelo, en tiempos en los que las actividades culturales en las bibliotecas públicas se quedan, en más de una ocasión, bastante lejos de la asistencia deseada. Y es que cuando se organiza bien, y a pesar de la improvisación (no era una actividad planeada a meses vista, como suele suceder - lo cual viene a demostrar que no hay que tener miedo al riesgo cuando la visita lo merece), nadie puede negar que el resultado vale la pena. Dos horas largas de charla entre Ignasi Blanch y Roberto Innocenti. Una charla que empezó con la lectura en italiano de Rosa Blanca y terminó con algunas preguntas de un público entregadísimo al que le costó dejar de aplaudir. Y es que Innocenti es al mundo de la LIJ lo que - y el paralelismo no es mío - Lou Reed se podría considerar que es al rock clásico. Lo que nos contara Roberto... en realidad no era importante. Estoy segura que el público no esperaba desentrañar los secretos que esconde el maestro. La mayoría de nosotros queríamos arropar a uno de los grandes y sentir que, al final, lo conocíamos, a él y a su obra, un poquitín mejor.
La biblioteca Xavier Benguerel lleva años albergando el Servicio de Documentación de Literatura Infantil y Juvenil, pero fue a raíz del Somiari del año pasado (con la presencia, entre otros, de Javier Sáez Castán), y de este encuentro con Innocenti, que parece empezar a florecer. Estoy segura de que todos los que estábamos allí el pasado lunes esperamos que sigan ofreciendo oportunidades de encuentro con autores e ilustradores de tan reconocido prestigio.
PS: Salgan a la calle y busquen, ya, dos libros: La casa y La comarca fèrtil/El último refugio. Otros escogerían otras, pero estas son las mías.
Si no conocen a Roberto Innocenti, quizá ahora sea el momento de poner remedio. El lunes pasado se conjuraron unos cuantos astros para hacer posible su paso por Barcelona. Qué gozo ver una sala de actos llena a rebosar, incluso con gente sentada en el suelo, en tiempos en los que las actividades culturales en las bibliotecas públicas se quedan, en más de una ocasión, bastante lejos de la asistencia deseada. Y es que cuando se organiza bien, y a pesar de la improvisación (no era una actividad planeada a meses vista, como suele suceder - lo cual viene a demostrar que no hay que tener miedo al riesgo cuando la visita lo merece), nadie puede negar que el resultado vale la pena. Dos horas largas de charla entre Ignasi Blanch y Roberto Innocenti. Una charla que empezó con la lectura en italiano de Rosa Blanca y terminó con algunas preguntas de un público entregadísimo al que le costó dejar de aplaudir. Y es que Innocenti es al mundo de la LIJ lo que - y el paralelismo no es mío - Lou Reed se podría considerar que es al rock clásico. Lo que nos contara Roberto... en realidad no era importante. Estoy segura que el público no esperaba desentrañar los secretos que esconde el maestro. La mayoría de nosotros queríamos arropar a uno de los grandes y sentir que, al final, lo conocíamos, a él y a su obra, un poquitín mejor.
La biblioteca Xavier Benguerel lleva años albergando el Servicio de Documentación de Literatura Infantil y Juvenil, pero fue a raíz del Somiari del año pasado (con la presencia, entre otros, de Javier Sáez Castán), y de este encuentro con Innocenti, que parece empezar a florecer. Estoy segura de que todos los que estábamos allí el pasado lunes esperamos que sigan ofreciendo oportunidades de encuentro con autores e ilustradores de tan reconocido prestigio.
PS: Salgan a la calle y busquen, ya, dos libros: La casa y La comarca fèrtil/El último refugio. Otros escogerían otras, pero estas son las mías.
4 comentarios:
Oído cocina..., jejeje... tomo nota e indagaré.
Gracias por volver, un abrazo.
Y no olvideis " El último refugio" por favor...
Crec que el último refugio és la comarca fèrtil, no? Com que es fa un joc de paraules amb el títol, ha de canviar a cada traducció una miqueta.
Diria que La comàrca fèrtil és en català, si?
Cierto, perdón por el lío. "El último refugio" es el título en castellano y "La comarca fèrtil", en català. Ahora mismo lo corrijo en la entrada :-)
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