El pequeño libro rojo, de Philippe Brasseur.
La princesa noche resplandeciente, de Philip Giordano.
Theo y Dios, de Kitty Crowther.
Cuentos para niños no tan buenos, de Jacques Prevert.
Carlota, ¡qué timo!, de Géraldine Collet y Estelle Billon-Spagnol.
Alas y olas, de Pablo Albo y Pablo Auladell.
Esbozos de una tierra sin nombre, de Shaun Tan.
Quiensabedónde, de Philip Giordano y Cristiana Valentini.
Señores bien afeitados para aprender a dibujar barbas y mostachos, de Laura Ginès y Pere Ginard.
Nada pura 100%, de Javier Sáez Castán.
Rajá, el mago más poderoso del mundo, de Carl Norac y Aurélia Fronty.
La línea blanca, de H. C. Schmidt y Andreas Német.
El paraíso, de Bart Moeyaert y Wolf Erlbruch.
Ayer estuve de librerías infantiles, y por poco me da un patatús...
19 octubre 2011
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5 comentarios:
Ohhhhhhhhhh! Yo también los quiero...
Pues espero que no vea esto Virginia, porque su colección de literatura infantil terminará por ser donada a la Biblioteca Nacional. Pronto tendrá que invitarme a salir de casa para poder ubicar los próximos ejemplares. Saludos cordiales
A por ellos Virginia! Son todos auténticas joyas :-)
En la librería estamos igual de alucinados ¡nuestra mesa de novedades es demasiado pequeña para tantos libros bonitos! y la navidad "amenaza" con traer más tesoros...
jo també sfer, els vull tots i el Crictor de Tomi Ungerer...
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