30 abril 2008
Como la baranda de los balcones
Hoy es el último día que se puede visitar, en la biblioteca Francesca Bonnemaison, la exposición "Llibres/Lliures", que muestra obras de Silvia Japkin. Dice, en el texto de presentación, que se identifica con una frase de Núria Espert: "la lectura és per a mi com la barana en els balcons."
28 abril 2008
Sant Jordi 2008 en tiras
Forges - El País, 23.04.08
Romeu - El País, 23.04.08
Leonard Beard - El Periódico, 21.04.08
Leonard Beard - El Periódico, 23.04.08
Nando - El Periódico, 23.04.08
Astromujoff - La Vanguardia, 23.04.08
Manel F - Público, 23.04.08
Pepe Medina - Público, 23.04.08
Joan Antoni Poch - El Punt, 23.04.08
Jordi Soler - El Punt, 24.04.08
L'Avi - El Punt, 24.04.08
Sense signar - Avui, 23.04.08
Carme Peris - Avui, 23.04.08
Daniel Boada - Avui, 23.04.08
Idígoras y Pachi - El Mundo, 23.04.08
Lula & Roger - ADN, 23.04.08
[Ver Sant Jordi 2007 en tiras]
27 abril 2008
26 abril 2008
24 abril 2008
Algunas de las cosas que se dijeron ayer
Juan Cruz - El libro y la dentadura postiza - El País.
Hoy es el día en el que elegiremos un libro para envilecernos o un libro que nos hará mejores. No es el día del libro: es un día para el alma.
Joan Barril - Un libro básico - El Periódico.
El Dia del llibre hauria de ser una invitació, un convit, a dues o tres coses: si som gent d’un sol llibre, a llegir-lo més bé i en millors edicions, perquè el llibre serà sempre el mateix, però nosaltres no. També hauria de ser una oportunitat de llegir més llibres, i encara que n’hi hagi un que sigui el nostre sempre, llegir-ne d’altres.
Pere Gimferrer - Dia del llibre? - ADN.
Este es el milagro democrático del libro: todo el mundo tiene voz y voto. Los gustos son más diversos de lo que nos imaginamos, y todos los gustos tienen que ser respetados. No es obligatorio comprar este libro o aquel otro. Lo que está bien es comprar libros. "No hay ningún libro tan malo que no tenga algo bueno", esto ya lo decía Plinio el Viejo y lo repite el Quijote. Junto al éxito multitudinario de algunos títulos, me doy cuenta cada Sant Jordi de que existen ciudadanos que eligen los libros más inesperados. Y quizá es más sorprendente que, con independencia del gran éxito de una novela, un ensayo sobre historia haya tenido 214 compradores.
Josep Maria Espinàs - La sensación de ser libres entre libros - El Periódico.
Debemos habituarnos a que los libros no sean el centro del discurso. Aún son indispensables para trasmitir el saber y la memoria, pero no sabemos por cuánto tiempo.
Alessandro Baricco - Pregón de Sant Jordi - El Periódico.
[Pueden leer los artículos íntegros pinchando en el enlace correspondiente... excepto el pregón de Sant Jordi, que por lo visto este año más que pregón fue una entrevista, y cuya transcripción no he encontrado en la red.]
23 abril 2008
22 abril 2008
Saló Internacional del Còmic de Barcelona 2008
- El Incal de Moebius (edición integral).
- Todo Mafalda de Quino (ya saben, el tocho de Lumen).
- Los dos Macanudos de Liniers (el tercero, después del verano. ¡Yupi!).
- La Enciclopedia Universal Clismón, de Miguel Brieva.
- Los juncos, de Sandra Uve.
- y un tomo de la serie del Señor Jean, porque la mitad de su tándem creador, Berberian, estuvo firmando.
Ya me dirán si no era como para salir de casa con la maleta...
Catel Muller, la autora de Kiki de Montparnasse, firmando en el stand de Sins Entido.
El citado Charles Berberian, en el stand de Norma.
Melinda Gebbie, dibujante de la novedad Lost Girls y esposa de su majestad Alan Moore (guionista de la misma).
Frederik Peeters, autor del genial Píldoras Azules, en el stand de Astiberri.
Liniers (a la derecha) presentó el Dinero de Miguel Brieva (el de los "rulos", a la izquierda), editado por Random House Mondadori.
Aquí arriba, Liniers firmando mi Macanudo, y aquí abajo, el resultado:
Quino... perdí la cuenta de las horas que esperamos, pero valió la pena.
Moebius, melena blanca en la lejanía.
"¿Marta?", se preguntarán los que me conocen.
Fue la anécdota de la jornada, demasiado larga de explicar, pero lo importante es que todos los cómics que entraron en la maleta del principio, salieron con la firma de su autor por la puerta del palacio número 8 de la feria de Montjuïc, a pesar de la pésima organización por parte de Ficomic de las firmas de los autores en su stand (si no lo digo, reviento). Además, en la maleta también cupieron...
- Cibercultura mi amor, la tercera (y última, de momento) entrega de “Las aventuras sin Lapinot” de Lewis Trondheim (Norma).
- Cualquier sencilla intimidad, de Jeffrey Brown (La Cúpula).
- Fun home, de Alison Bechdel (Reservoir Books – Random House Mondadori).
- Desocupado, de Lewis Trondheim (Astiberri).
- El síndrome del prisionero, también de Trondheim (Sins Entido) [Es que nos gusta tanto...]
- El número 2 de la revista gallega BD Banda.
- Adiós Chunky Rice, de Craig Thompson (Astiberri).
- Dinero, de Miguel Brieva (Reservoir Books – Random House Mondadori).
- Don Miki – Los patos de las galaxias, de varios autores (Planeta DeAgostini).
- Y un regalo: Historietes: El còmic a les Illes Balears, un impresionante catálogo de los autores de "ses illes".
21 abril 2008
Sólo dos días para...
Una es un poco como una hormiguita, así que durante el año voy recogiendo semillas que guardo para cuando llegue el momento de plantarlas. Hace unos meses encontré un artículo de Javier Cercas, titulado "Apología y petición", que empezaba con esta bonita anécdota sobre el día de Sant Jordi, y creo que ha llegado su momento: o la planto ahora, o tendrá que esperar al año que viene, y no vamos a tentar a la suerte.
***
Señoras, señores, como ustedes saben, después de la fiesta de Sant Jordi el único invento catalán indispensable es el pan con tomate. ¿Lo saben? La fiesta de Sant Jordi es la mejor fiesta del mundo; en consecuencia, es una orgía perpetua: pese a ser un día laborable, nadie trabaja; las calles de todos los pueblos y ciudades de Cataluña se llenan de puestos de rosas y de libros; todo el mundo regala un libro y todas las mujeres, además del libro, reciben una rosa; los libreros dejan de perder dinero por unas horas; los escritores somos reinas por un día. Si uno le cuenta todo esto a cualquier forastero culto, la reacción es de incredulidad; si cualquier forastero culto acude el día de Sant Jordi a Cataluña para comprobar si ese disparate es cierto, entonces a la incredulidad se le añade una envidia enferma: contra lo que creen algunos resabiados, Sant Jordi no es hija del comercio, sino de la civilización, y por eso no hubiera podido crearla ni el mayor genio de la historia, ni puede implantarse por decreto ni ser transplantada a ninguna otra parte. Por lo demás, ese día los periodistas tienen la obligación de coleccionar anécdotas relativas a escritores y lectores, y cualquier periodista vendería su madre a la mafia rusa sin dudarlo a cambio de la anécdota de la jornada. Están de suerte: yo les voy a contar ahora mismo la que, a menos que alguien me desmienta de inmediato -y aunque me desmienta-, considero la mejor anécdota de la historia de Sant Jordi, y la demostración fehaciente de que es la mejor fiesta del mundo. Juzguen ustedes. El hecho le ocurrió a un amigo escritor hace unos años; omito su nombre porque me tengo prohibido hablar bien de mis colegas, no vaya a ser que me hagan sombra. Mi amigo es un escritor con muchos lectores, pero aquel día de Sant Jordi decidió no salir a firmar libros y se encerró en su despacho a escribir como cada mañana. Al mediodía, después de estrujarse en vano el cerebro durante cinco horas sin descanso, deprimido y harto y seguro de que se había equivocado de oficio se fue a comer a un restaurante. Pidió el primer plato, pidió el segundo; cuando iba a pedir el postre, la camarera se le acercó. "Esto sólo pasa en las películas", le dijo. "¿Qué cosa?", preguntó mi amigo. "Dos tipos que acaban de marcharse le han pagado la comida". Perplejo, mi amigo preguntó si los dos tipos habían dejado sus nombres; la camarera dijo que no y preguntó: "¿Usted lo entiende?". Fue entonces cuando mi amigo recordó que era el día de Sant Jordi y entendió: esos dos desconocidos a los que no volvió a ver nunca le habían dicho sin una sola palabra que, aunque estuviera deprimido y harto y creyera que se había equivocado de oficio, ellos querían seguir leyendo libros suyos. "No", le dijo mi amigo a la camarera. Pero volvió a su despacho sin tomar el postre.
***
El artículo apareció en el suplemento "La Cataluña que viene", de El País, que apareció el 7 de octubre de 2007. No lo he encontrado en línea, así que no puedo facilitarles el enlace para que lean el artículo completo. Por otra parte, la imagen es de Linhart para el libro Poemes i cançons de les quatre estacions.
20 abril 2008
19 abril 2008
18 abril 2008
Novedades (abril 2008)
- Biblioteca de Catalunya, 100 anys: 1907-2007, el libro de Reis Fontanals y Marga Losantos que ha quedado como recordatorio de este centenario, que también se celebró con una exposición.
- Un món per llegir: educació, adolescents i literatura, el libro de Guadalupe Jover al que se le otorgó el Premi Rosa Sensat de Pedagogia 2006 y Àlbums i altres lectures: anàlisi dels llibres per infants, de Teresa Duran. Junto con el libro de Emili Teixidor, ¡ambos "cap a la pila"!
- Yakusa: una investigación sobre la mafia japonesa, de Jerôme Pierrat. Y es que abril también es el mes del BAFF, y una tiene "otras" aficiones...
- Web 2.0: el usuario, el nuevo rey de internet, de Ismael Nafría. Para seguir aprendiendo y no perder el tren.
- Un libro de bolsillo: Magnum, el libro de fotografía con el que la famosa agencia ha celebrado su 60 aniversario, editado por Lunwerg.
- Kiki de Montparnasse, de Catel & Bocquet [el enlace es al vídeo de una entrevista - Curioso: está ubicado en el canal de la Fnac francesa en youtube. ¿Tendrá alguna librería española algo parecido?]. El cómic se va de excursión a la Francia de las vanguardias artísticas.
- ¡A mí no me grite!, de Quino. Porque hay vida más allá de Mafalda (aunque con ella se viviera mejor).
- Oh!, la esperada reedición del estupendísimo álbum de Josse Goffin, uno de los que caerán en el cesto, seguro, el próximo miércoles.
- Y para terminar, el minimalista y "haikuiano" Tarde de invierno, de Jorge Luján y Mandana Sadat.
Una selección personal (aunque transferible), y la prueba de ello es que en la selección de mi discípula el único título en el que coincidimos es en el de Quino, igual que coincidiremos (o eso espero) el domingo en la cola para que el susodicho nos eche una firmita. La semana que viene les cuento :-)
[La ilustración es de Linhart para el libro Poemes i cançons de les quatre estacions.]
16 abril 2008
La cotidianidad del Nobel
14 abril 2008
Canon
"Lectura de lectores que nos arrogamos la facultad de dirigir las lecturas de los demás."
Me ha gustado esa definición de canon, leída en Algunas cuestiones en torno al canon, artículo de María Teresa Andruetto en Imaginaria, del que también quiero destacarles la cita que hace de Borges:
"Clásico no es un libro que necesariamente posee tales o cuales méritos, es un libro que las generaciones de los hombres, urgidas por diversas razones, leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad."
O lo que es lo mismo: los libros no son más que lo que los lectores hacemos de ellos.
[Imagen de Steve Woods]
13 abril 2008
12 abril 2008
11 abril 2008
Del escritor al lector: Juan José Millás
Pero la balanza se inclinó a nuestro favor. Empezó hablando de El Mundo (ya saben, Premio Planeta, mucho dinero, campaña de promoción a lo bestia, etc.), de la idea de escribir, al compás del libro, un diario o cuaderno de bitácora sobre la evolución del propio libro y cómo este El Mundo es quizá la obra más cercana a esta idea que ha escrito [me quedé con las ganas de recomendarle el Diario de un álbum de Dupuy y Berberian]. Habló de cómo surgió la idea para la novela, a raíz de sus reportajes en EPS como “sombra” de diferentes personalidades y de la idea de hacer de sombra de sí mismo, y de cómo la primera frase de la novela se le apareció una noche en un hotel de Barcelona y a partir de ahí empezó a tomar notas, escribiendo la novela casi al dictado y disfrutando de ello, ya que es algo que, según él, muy pocas veces sucede. Después de terminar de tomar notas, empezó el arduo proceso de reescritura, reduciendo la extensión a la mitad (quería más “tensión que extensión” en esta novela). Cuatro revisiones le costó conseguir lo que quería, y regalar a sus lectores una nueva obra, que no entraba dentro de sus planes escribir, sino que se impuso, como todos sus trabajos anteriores, porque era lo que el momento le decía que debía hacer.
Habló el Millás escritor, y quizá fue para mí la parte menos interesante de la charla. Se notaba que era algo que ya había contado tantas veces antes... Un discurso preparado. La obra de teatro. Fue interesante, no me malinterpreten, pero una podía sentir que eso era lo que “debía” contar. El turno de preguntas fue el momento de improvisar y de satisfacer a la audiencia. Habló de su participación en el programa de Gemma Nierga y de los textos que envían los oyentes sobre el tema que él propone. Habló del texto sobre la culpa en el que una mujer mataba a una hormiga (“era pequeña y negra, y no grande y roja como las del año pasado”) con una plancha, de la niña que preguntaba a sus padres en qué postura la habían concebido, y del terror que pueden llegar a contener dos líneas (“Cierra los ojos. Todo lo que ves, es mío.”).
Luego vino lo mejor: vino el Millás lector. Mi curiosidad hacia los autores no es tanto sobre cómo escriben, a pesar de que lo que yo admire sea el resultado de ese proceso, sino qué y cómo leen. Me sorprendió descubrir a un Millás negropolicíacodetectivesco, declarando a Patricia Highsmith y John LeCarré como dos de sus autores favoritos, y defendiendo a Thomas Harris (creador de Hannibal Lecter) e incluso algunas de las obras maestras de Stephen King (de las que escogió Misery). Habló de étapas depresivas en la lectura: momentos, en los que parece que nada de lo que lees te llena. Son los momentos de la relectura: Flaubert, los rusos (mencionó a Dostoievsky), los cuentos de Hemingway y Capote, La canción del verdugo de Norman Mailer, y otra vez y sobre todo Highsmith. Nos dijo que ahora estaba leyendo un libro de cuentos de un japonés (“nunca sé si es Murakami o Mukarami”) titulado Sauce ciego, mujer dormida, y que lo estaba leyendo con mucho gusto.
Citó a Juan Benet diciendo que los libros son como las mujeres: los hay que te gustan pero no te interesan, otros que te interesan pero no te gustan, y cuando encuentras a uno que te gusta y te interesa, debes casarte con él. Dijo que la lectura era algo que tenía que ver con la pasión, y que debíamos desligarla del aprendizaje y de las cosas prácticas. Que mientras uno lee el mundo tiene sentido y la realidad, fragmentaria y dispersa, encuentra unidad en los libros. Y habló de la biblioteca de barrio en la que cayó dentro de 20.000 leguas de viaje submarino, aunque el bibliotecario [y me llamó la atención que fuera bibliotecario y no bibliotecaria] siempre los estuviera mandando callar.
Para acabar una quería arrancarle una pequeña crítica a nuestro Sant Jordi, a la larga jornada de caras y firmas que debe suponer para un autor, pero solo tuvo alabanzas para la fiesta del libro y de la rosa. Primero, alabanza para una sociedad que ha conseguido que haya un día al año en el que uno sea un miserable si por la noche llega a casa y no lleva consigo un libro y una rosa. Y segundo, alabanza porque ha conseguido reunir en un solo día dos jornadas que son un asco, el festivo domingo y el laborable lunes. ¡Si supiera que yo me desharía sin dudarlo de la parte laborable de Sant Jordi, que este año me va a retener toda la tarde en el trabajo!
Juanjo, se te veía delgado y cansado. Haznos el favor de cuidarte: descansar y comer bien. Como dijo otro de los asistentes al acto, tienes que vivir todavía muchos años para que podamos disfrutarte.
09 abril 2008
500
A classic is something that everybody wants to have read and nobody wants to read.
-- Mark Twain, Speech in New York, Nov. 20, 1900
Un clásico es algo que todo el mundo quiere haber leído y que nadie quiere leer.
-- Mark Twain, Discurso en Nueva York, 20 de noviembre de 1900
La imagen es de David Neubert (thanks again for letting me use it!)
Librosfera, celebrando, con ésta, su entrada número 500.
07 abril 2008
06 abril 2008
05 abril 2008
04 abril 2008
Una lectora nada común
¿Qué pasaría si la reina se aficionara a la lectura? No las lecturas recomendadas por su gabinete de asesores, sino quizá por el personal del bibliobús que un día acampa a las puertas del palacio de Buckingham...
Otra de las buenas noticias librescas de este mes de abril, que ayer me olvidé de mencionar, es que Anagrama acaba de publicar (según esta noticia de La Vanguardia - donde pueden leer una entrevista con el autor - hoy mismo) Una lectora nada común, la novela de Alan Bennett que nos propone este interesante "qué-pasaría-si".
Directamente a la lista de la compra.
[La ilustración es de Mark Geyer.]
03 abril 2008
April is the "bookest" month
¿Quieren que siga? Bien... Pues para terminar, pásense por esta web de la Escuela de Escritores y digan: si fueran ustedes un libro, qué libro serían?
A estas alturas, yo más que un libro creo que sería una biblioteca entera...
02 abril 2008
Los libros iluminan
¿Ya saben qué se celebra?
Los que no lo sepan, pasen por aquí. Así también podrán ver el cartel de este año al completo, y también leer el mensaje, que hace hincapié en la lectura por necesidad (aunque aquí somos unos hedonistas y solo pensamos en el placer, no está mal que nos lo recuerden de vez en cuando...).
01 abril 2008
Encuestas (marzo - abril 2008)
Y así han quedado las respuestas:
- Con 21 votos (36%): en grandes cadenas de librerías (FNAC, Casa del libro...).
- Con 18 votos (31%): en librerías medianas (para los que vivimos en Barcelona, serían librerías del tipo Laie o La Central).
- Con 11 votos (19%): en librerías pequeñas.
- Con 5 votos (8%): por Internet.
- Con 2 votos (3%): en supermercados u otras grandes superficies.
Que cada uno saque sus propias conclusiones, porque no soy quién para aconsejar a nadie. Sé que es gracias a pequeñas librerías y librerías independientes que existe, en parte, la gran diversidad de oferta de libros, y que sin esas librerías muchas de las editoriales también pequeñas pueden salir adelante, pero personalmente también me gusta más comprar en librerías medianas o en grandes cadenas de librerías, y solo recurro a librerías pequeñas para productos muy concretos (libro infantil o cómic, por ejemplo), así que no les culpo.
De todos modos, sí que a las dos personas que compran en supermercados, me gustaría preguntarles por qué lo hacen. ¿Quizá se sienten intimidados por los libreros? Sé que en la biblioteca es algo común, que no nos pregunten a los trabajadores por miedo al ridículo o... quién sabe. ¿O quizá es porque es el único lugar al que pueden dirigirse para adquirir sus lecturas? Ojalá esas dos personas vuelvan a pasar por aquí y se animen a dejar un comentario, porque realmente siento curiosidad.
También les preguntaría a los cinco que compran por Internet dónde lo hacen... siempre está bien descubrir nuevos recursos :-)
Y ahora... para este librosférico mes de abril, otra pregunta sobre el origen de sus lecturas, aunque esta vez les dejo que escojan más de una respuesta. Ya saben que todos ustedes pueden participar (encontrarán la encuesta en la columna de la derecha), hasta el 30 de abril. ¡Muchas gracias a todos!