05 noviembre 2009

Perdida en un buen libro

La biblioteca parecía interminable; en ambas direcciones el pasillo se perdía en la oscuridad sin llegar a un final claro. Pero eso no era lo importante; describir la biblioteca habría sido como mirar un Turner y comentar el marco. En todas las paredes, de un extremo a otro, estante tras estante, había libros. Cientos, miles, millones de libros. De tapa dura, de bolsillo, volúmenes encuadernados en piel, galeradas sin corregir, manuscritos, de todo. Me acerqué un poco y posé delicadamente la punta de los dedos sobre los volúmenes inmaculados. Eran cálidos al tacto, así que me acerqué más y pegué la oreja a los lomos. Podía oír un zumbido distante, el ruido sordo de la maquinaria, de gente hablando, tráfico, gaviotas, risas, olas contra las piedras, viento en las ramas invernales de los árboles, truenos lejanos, lluvia intensa, niños jugando, el martillo de un herrero... Un millón de sonidos simultáneos. Y luego, en un momento revelador, las nubes despejaron mi mente y una comprensión cristalina de la naturaleza de esos libros me iluminó. No eran simples acumulaciones de palabras dispuestas escrupulosamente sobre una página para ofrecer la impresión de realidad... Cada uno de aquellos volúmenes era realidad. La similitud de esos libros con los ejemplares que había leído en mi hogar no era mayor que la similitud de una fotografía con su sujeto: ¡aquellos libros estaban vivos!

***
Perdida en un buen libro es el título del segundo volumen protagonizado por la detective literaria Thursday Next, de la que ya hablé después de leer el primer volumen. Hoy vuelvo para repetirme: una lectura que todos los apasionados de los libros deberían catar: disfrutarán como enanos.

2 comentarios:

Jorge dijo...

Imprescindible... y el tercer volumen se atreve a pronosticar el futuro del libro...¡atención a los e-books!

wraitlito dijo...

Confieso que he intentado leerlo en dos ocasiones y no he podido.
A ver si vuestras recomendaciones me animan.
Saludos