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30 agosto 2015

ILUSTRATOUR 2015














EL CONTEXTO
[Un rollo personal en pasado y presente totalmente prescindible…]


El verano de 2013 fui a mi primer Ilustratour. Era mi primera y su sexta edición. Cuando vi el programa de invitados, en seguida supe que tenía que ir: no iba a existir una oportunidad similar de ver a tantos ilustradores a los que admiraba concentrados en tres días de charlas.

En aquella ocasión, hice un seguimiento exhaustivo del festival. Hice una previa, explicando, aunque fuera a mi manera (ya entonces apuntaba mi afición a las listas), por qué quería ver a cada uno de los ilustradores, y retransmití vía Twitter tantos actos como pude (que fueron casi todos), recogiendo después los tuits en resúmenes que publiqué en pdf, además de publicar varios álbumes de fotos en flickr. Los enlaces a todos estos materiales los recogí en esta entrada.

Este año no he hecho nada de eso. Para empezar, no hice ninguna previa - de hecho, ni siquiera anuncié aquí en el blog (aunque sí en Twitter) que iba a ir a Ilustratour, y me consta que algunas personas de mi entorno LIJ no sabían de mi asistencia – aunque estaba segura de haberlo comentado con ellas… en otras palabras: ¡Glòria, eres una despistada! Este año la lista de autores fetiche que asistían al festival era considerablemente más reducida que la de hace dos años. ¿Por qué ir, entonces? Pues la principal razón fue Liniers, y como creo que a Liniers ya le conoce todo el mundo, y de él ya he compartido tiras por aquí demostrando mi amor incondicional por lo que hace (y mi envidia por todo aquel que no lo conozca y tenga por delante un “descubrimiento” de valor incalculable), no me apetecía volver a hacer una entrada sobre él, aunque fuera explicando por qué me gusta lo que hace, cosa que pensándolo bien no he hecho nunca… Del resto de autores que han asistido este año, conozco bastante bien a Anthony Browne (si hicieran una lista de los top ten autores de álbumes ilustrados vivos, estoy casi segura al 100% de que él estaría en esa lista, aunque yo personalmente no sea fiel devota suya) y a Paula Bonet (hablaré de ella más adelante), he leído el libro de William Grill sobre la expedición de Shackleton y el Finn Hermann de Hanne Bertholin pero no conocía nada más de ellos, conozco un poco la trayectoria de Orgullo y Satisfacción y aunque no soy suscriptora he descargado (y hojeado, aunque no leído a fondo – la sátira política y el humor de actualidad no son mi fuerte) algunos de los números que han publicado, a Zabala y a Olivares los he leído también sin llegar a ser exhaustiva, y directamente desconocía el trabajo de Ellen Weinstein, Emiliano Ponzi, Mágoz, Oscar Saraiba y Javier del Pino. Debo estar dejándome a alguno de los invitados, pero no a demasiados, y esta breve explicación es la razón por la que tampoco tenía una motivación especial para hacer una entrada previa a Ilustratour: me emocionaba mucho la idea de poder asistir a dos conferencias de Liniers (una de ellas, de dos horas, absolutamente deliciosa), pero el resto de participantes, aunque me apetecía verlos, tampoco me provocaban una emoción desaforada.

Este año tampoco he hecho la retransmisión en directo de las conferencias (el tema de las baterías de los dispositivos y de la cobertura wifi sigue siendo un problema y prefería no estresarme), apenas he tuiteado sobre las jornadas (hubiera podido, pero de repente abarrotar a mis seguidores de frases sueltas, en diferido, de una conferencia, en lugar de ofrecerles o una crónica exhaustiva o un resumen posterior más analítico, me parecía demasiado intrusivo y poco interesante – además no me sentía cómoda haciéndolo), y la mayoría de las fotos que he hecho han sido del recinto en el que se han realizado las charlas y el mercado ilustrado: este año ha sido el primero que Ilustratour se ha trasladado de Valladolid a Matadero Madrid, acogidos por la Casa del Lector de la FGSR, en el distrito de Arganzuela. Las fotos sí que las he subido a Flickr y podéis verlas si os apetece, aunque tan solo unas pocas (las más directamente relacionadas con la Casa del Lector) tienen que ver con los libros o la lectura; el resto nacen más de mi fascinación por el espacio de Matadero Madrid (del que por cierto me he quedado sin poder visitar el Palacio de Cristal de Arganzuela, así que… voy a tener que volver!).

Y sin embargo, aquí estoy: ha terminado Ilustratour (cuando empiezo a redactar esto – tarea que probablemente me lleve un par de días, pues si esto está siendo la introducción ya se pueden imaginar que este va a ser un texto bastante largo – hace tan solo unas pocas horas que nos hemos despedido del festival, con suerte hasta el año que viene), y la emoción ha ido in crescendo a medida que pasaban las conferencias y los tres intensos días que ha durado para mí esta edición del festival. Y es ahora que me planteo venir aquí a contarles por qué, por segundo año, a pesar de que Ilustratour también pueda tener sus zonas de oscuridad, yo prefiero quedarme con las luminosas.

Para empezar y para los que no lo conozcan – o los que lo conozcan pero no hayan ido nunca y no acaben de hacerse una idea de en qué consiste – contarles que Ilustratour es un festival de ilustración dirigido principalmente a ilustradores (cosa que yo no soy: me interesa la ilustración como mediadora y como consumidora, pero no como autora), pero que trasciende el ámbito de los que se dedican profesionalmente a ello y puede tener secciones que sean de interés también para otros colectivos, como es mi caso. Hay actividades del festival que quedan muy claramente fuera de mi “jurisdicción”, por así decirlo, como el Ilustratour network (encuentros en los que ilustradores tienen la oportunidad de entrevistarse con editores para presentarles su trabajo), o los talleres (que empiezan unos días antes del programa de charlas – en mi caso, que apenas sé dibujar, no sé si tendría mucho sentido realizar alguno de los talleres, aunque confieso que me pica la curiosidad). También hay concursos dirigidos a ilustradores, como el Plum Pudding o el que escoge la mascota del próximo Ilustratour que aparte de darnos la oportunidad de ver el trabajo de nuevos ilustradores, ya descubrí hace dos años que no tenían gran interés para mí, así que este año me he saltado los actos relacionados con ellos para salir a pasear un poco por Madrid, ciudad a la que vengo menos de lo que me gustaría.

Pero el grueso del programa que denominan Ilustratour fin de semana, dividido en un espacio de charlas y conferencias y en otro de mercado y firmas de autores, tanto hace dos años como este me ha parecido muy interesante, y empiezo a pensar que será interesante independientemente del enfoque que desde la organización se dé a cada una de las ediciones del festival, o de los autores invitados. Me explico.

LA ESENCIA


El enfoque de este año era muy diferente al de hace dos años. Hace dos años, la mayoría de autores invitados se dedicaban al álbum ilustrado. Quizá por eso coincidió que me interesaban la mayoría de autores que intervenían, porque dentro del ámbito de la ilustración, el álbum ilustrado es el terreno que más conozco y me interesa. Este año, en cambio, el álbum ilustrado estaba presente, pero muy diluido por la presencia de otros dos grandes ámbitos en los que la ilustración juega un importante papel: el cómic y la ilustración de prensa. Y a pesar de que desconozco bastante más el panorama de estos dos campos (en el del cómic todavía me defiendo, pero el de la ilustración de prensa es muy desconocido para mí), las charlas de Mágoz, Emiliano Ponzi y Ellen Weinstein me parecieron muy interesantes. Por supuesto, la de Liniers, autor principalmente de tiras cómicas, para mí fue la mejor.

Y por otro lado, está el tema de los autores invitados. Los organizadores de Ilustratour tienen muy buen ojo a la hora de escoger a los ponentes. Todos ellos son profesionales reconocidos a nivel internacional que, aunque pueden tener un volumen muy diferente de trabajo publicado (Anthony Browne con decenas de libros ilustrados vs. William Grill con sólo uno, por ejemplo), tienen en común que son figuras en cierto modo auténticas, originales, pioneras (lo digo siendo consciente de que quizá esos adjetivos no sean los más apropiados), con una gran capacidad de trabajo, con un estilo y una voz propia muy marcados, con las ideas claras sobre qué es lo que hacen y por qué lo hacen así y no de otra manera. Son ilustradores que, a veces a pesar de su juventud, saben lo que quieren y piensan y trabajan en sus proyectos de manera intensa (a veces enfermiza u obsesiva, pero ¿qué gran artista no lo es, hasta cierto punto?). Se entregan en lo que hacen, y además saben transmitirlo ante una audiencia, ya sea por experiencia o por cercanía. Sus obras nacen de la verdad, de SU verdad; puede que sean obras autobiográficas o que sean encargos para clientes, pero cuando se sientan a trabajar lo hacen con un método que saben mostrar, con una filosofía de lo que es el trabajo de ilustrador que nace de la honestidad y la coherencia con ellos mismos. Pone la piel de gallina escucharlos hablar sobre lo que hacen, cómo lo hacen, por qué… y sobre todo emocionan cuando son conscientes de que están ante una audiencia de “futuros” ilustradores y les transmiten sus propios consejos o máximas.

Empecé las jornadas tomando notas sin saber muy bien si iba a hacer algo con ellas o no, pero en un momento dado (hacia la mitad de la charla de Liniers, el primer día a primera hora) pensé: “Silvia, más vale apuntar aunque luego no vayas a usarlo que no tomar nota cuando escuches algo que te dispare el interés y que luego te arrepientas porque tu memoria ya no es lo que era.” Así que tomé notas. En algunas charlas más, en otras menos… pero esas notas, a veces tan solo pensamientos o frases al aire, otras opiniones o impresiones personales, son las que, debidamente ordenadas, les dejo a continuación…

RICARDO LINIERS SIRI.


Yo empecé leyendo cómic por las tiras cómicas. Mafalda y Calvin & Hobbes eran mis favoritas. Peanuts tiene momentos, pero transmite una sensación general algo desencantada, no diré abiertamente depresiva, pero sí un poco “downer” que a veces me cansa. Mutts, a pesar de que la encuentro algo irregular, también está entre mis favoritas. Y de repente apareció Macanudo, hace ya más de diez años, y no diré que las desbancó a todas, pero sí que pasó a captar mi atención de manera sostenida. Es difícil explicar Macanudo. Hay que leer al menos uno de los libros recopilatorios para darse cuenta de la magnitud de la obra de Liniers: del universo Macanudo. Y cuando uno escucha a Liniers, le oye hablar de su trabajo, de sus viajes, de su familia, de sus amigos, de su vida… autor y obra quedan para siempre ligados.


Liniers es como un niño grande. Él mismo lo reconoce cuando dice que la reacción que provoca en las mujeres es un gran “Oooooooh” (pronunciado con la cabeza inclinada hacia un lado y una gran ternura). De su imaginación han nacido una niña amante de los libros, un monstruo imaginario que sólo dice OLGA, Alfio la bola troglodita, la vaca cinéfila, el misterioso hombre de negro, Oliverio la aceituna… personajes entrañables, absurdos, surrealistas. A través de todos ellos descubrimos un mundo lleno de fantasía, poesía, humor… de repente vemos el mundo como si nos hubiéramos puesto unas gafas maravillosas que hacen brillar determinados aspectos de la realidad. Incluso en las pocas tiras en las que critica algún aspecto negativo de la realidad, el tono no es nunca cínico o sarcástico, intenta sacarle punta, hacerlo brillar, y que el lector acabe de leer la tira no con ese pequeño punto negro que dejan tantas otras críticas de actualidad sino con una pequeña epifanía, con la sensación de que algo oscuro se ha iluminado.

Liniers es de naturaleza miscelánea. Le gusta hacer cosas muy diferentes y eso se refleja en su trabajo. Tiene ahora una editorial con su mujer en la que publican historietas que de otro modo serían muy difíciles de conseguir en su país. Sus hijas son fuente continua de inspiración, así como los autores que son sus referentes. Habla de Art Spiegelman y su mujer, editora de arte del New Yorker, con auténtica admiración, como seguro que muchos autores noveles hablan de él. Es fan de determinadas editoriales (Libros del Zorro Rojo entre otras), de Chaplin, y de los niños que son un poco insoportables pero que se convertirán en adultos interesantes (Calvin, Matilda, Huckleberry Finn, Mafalda). Dibujó 5000 tapas a mano (a pesar de la advertencia de su mujer de que estaba loco), le tocó hacer de Yoko cuando Kevin Johanssen y él reprodujeron la famosa fotografía de John y Yoko en la cama, y le importa un pito el debate tebeo vs. novela gráfica. Si pudiera ser otro dibujante sería Maitena, le gusta más Picasso que Dalí y lo que más le gusta de su trabajo es tener la idea y dibujarla ("todo lo demás es calcar"). En sus tiras no sabes nunca dónde va a estar el chiste (¡no se sorprendan si ni siquiera lo hay!) y tienen diferentes niveles de lectura. Le encanta el humor negro (lo descubrirán en su trabajo ilustrando los Crímenes ejemplares de Max Aub) y experimentar con cosas que no había hecho antes (como las entrevistas dibujadas a Ricardo Darín o Les Luthiers). Cree que para hacer un determinado tipo de arte hay que conocer todas las reglas de ese arte para después poder romper alguna de ellas y así evitar realizar la versión más edulcorada del mismo; en el caso de sus tiras, ha evitado siempre ceñirse a un solo personaje, a un solo código, a un solo género y a un solo esquema de viñetas. La tira cómica es un medio lo suficiente maduro como para que los creadores experimenten con ella, igual que Faulkner y Woolf lo hicieron en su día con la novela. Y en ello está.

DOS IDEAS CAZADAS AL AIRE EN LA MESA REDONDA SOBRE LA VUELTA A LOS CLÁSICOS…


(Mesa redonda con Diego Moreno, editor de Nórdica; Javier Olivares, Antonio Santos y Jorge González, ilustradores; y moderada por Jesús Marchamalo, autor).

- El valor de la ilustración: el público está aprendiendo a valorar el “superpoder” de los ilustradores: su capacidad para plasmar en imágenes lo que dice el autor, de ofrecer un discurso autónomo diferente al del autor del texto. Es por eso que el deber del ilustrador no es el de reproducir al “dictado”, sino el de interpretar, leer de manera creativa las palabras y traducirlas en imágenes. Es por eso que muchas veces es tan importante fijarse en lo que han dibujado como en lo que han omitido.

- El libro ilustrado como una colaboración: los libros ilustrados, especialmente los clásicos ilustrados, son siempre colaboraciones entre un equipo de personas: el autor (que puede ser el más ausente en el caso de los clásicos, pero del que quedan obras, biografías…), el ilustrador, y una o varias figuras dentro de la editorial. Son obras totales, detrás de las cuales hay una voluntad “constructiva” (normalmente por parte del editor). Todas las decisiones de los agentes implicados deben ser valoradas y respetadas.

DIEZ POSIBLES NOMBRES QUE NUNCA TUVO ORGULLO Y SATISFACCIÓN
[y dos ideas a modo de fórmula sobre la ilustración de denuncia social]


1. nos coronamos
2. viva felipe letizia guapa
3. reyniciar
4. la plebe
5. tenemos un problema
6. aquí palacio
7. inviolable
8. por nuestro bien
9. botswana
10. finiquito

- Subjetividad expresa del dibujo vs. Presunta objetividad de la fotografía.

- Menos costes = Más independencia.

ILUSTRAR, VIVIR… LA FILOSOFÍA DE MÁGOZ (Y UN APUNTE PERSONAL)


1.- La vida y el trabajo no son compartimentos estancos, y nos estamos engañando si pretendemos separarlos.

2.- Centrarse en lo esencial, porque también nos engañamos si creemos que vamos a tener tiempo para todo: no lo tendremos, así que más vale no perder el tiempo en aquello que no sea esencial.

3.- Encontrar tu propio camino, porque es la única manera que existe de ser honesto contigo mismo en tu trabajo.

4.- Seguir tu intuición. Escuchar lo que te dice el corazón, aunque no encuentres motivos que racionalmente puedas explicar.

5.- Desarrollar proyectos personales. Es imposible desarrollar los anteriores puntos si no lo hacemos.

Y, en cualquier caso…

6.- Unas veces se gana y otras se aprende.















(El apunte: Mágoz es escandalosamente joven, pero transmite seguridad, calma, honestidad y sabiduría. Sus ilustraciones se han desnudado de todo lo accesorio para centrarse simplemente en comunicar, en la idea, en la imagen que mejor resume, sintetiza y transmite el mensaje del texto que está ilustrando. Y eso no quiere decir que no sea detallista – fíjense en su web y verán. Precisamente, es la atención a los más pequeños detalles una de las características más destacables de su obra).

LOS DOS SECRETOS DE ANTHONY BROWNE.


1.- Mirar el mundo con los ojos de un niño. La sorpresa, la fascinación, la búsqueda de similitudes, el absurdo, lo irracional, las asociaciones de ideas estrambóticas… detrás de estos procesos mentales muchas veces asociados a la infancia se encuentran muchos de los pequeños detalles de sus ilustraciones.

2.- Utilizar todos los detalles de una ilustración para reforzar el mensaje que el texto está transmitiendo, pero utilizando el lenguaje de la imagen en lugar del lenguaje textual: la forma, el color, el punto de vista, los objetos, los escenarios, las luces/sombras… todo puede ayudarnos a comunicar reforzando nuestro mensaje.

EL CHEF EMILIANO PONZI.


Emiliano Ponzi arranca su charla con la cita del chef Gualtiero Marchesi:

“We can recognize the novelty in the known as much as in the unknown; the important is that it draws from the truth.”
(La novedad se encuentra en lo conocido tanto como en lo desconocido; lo importante es que surja siempre de la verdad).

A lo largo de su charla, en cierto modo especialmente afín a la de Mágoz, surgen u
na serie de máximas o consejos sobre el trabajo del ilustrador que responden a la pregunta ¿Qué es lo importante?



- Saber evolucionar. No atascarse en un estilo inamovible.
- El mensaje. Y que este sea verdadero.
- El conocimiento, las habilidades, y la capacidad para relacionarse.

“ESTÁ PASANDO”
Un Manifiesto para el dibujo aplicable a la pintura.
Por Aitor Saraiba


“Está pasando un minuto en la vida del mundo. Píntalo como es.” – Paul Cézanne

- Un dibujo tiene que ser un documento autobiográfico que da cuenta de un suceso, ya sea visto, recordado o imaginado.
- Un dibujo tiene que: mostrar o comunicar ideas, cuestionar lo visible o hacer memoria.
- Hay que enfrentarse a los misterios no evadirlos.
- Hay que dibujar siempre de memoria.
- Si se dibuja bien hay que intentar dibujar mal. Si se dibuja mal hay que intentar dibujar bien.
- A la hora de dibujar hay que ser sobre todo 3 cosas: valiente, justo y feliz.
- Hay que ser un bestia.
- Nuestra única bandera es la poesía.
- Hay que ser capaz de dibujar todo, el cielo y el infierno, la injusticia y el dolor, el desamor y lo que a falta de una palabra mejor llamaremos amor, a las mentiras y a los mentirosos, a los perros de mirada salvaje y a los atardeceres que sabemos que jamás volveremos a ver.

Este manifiesto debe mucho o todo a las frases robadas, inspiradas o citadas de Cézanne, Berger, Borges y Baudelaire, pero también debe mucho a la inspiración surgida por las hostias que me ha dado el mundo.

Aitor Saraiba en Madrid el 26 de julio de 2015 en un verano que parecía que no iba a pasar nada y en el que ocurrió todo.

¿Y QUIÉN ES AITOR?


No lo conocía y no lo he leído. Él se tilda a sí mismo de caprichoso e insiste en que no sabe dibujar, pero ha publicado tres novelas (autobio)gráficas de 300 páginas cada una. Insiste en que hay que usar materiales baratos para no tener miedo de equivocarse (sus dibujos, que podrían parecer hechos a boli en los márgenes de los apuntes de un estudiante de bachillerato, atestiguan que es un método que él mismo se aplica). Habla desde su posición de hijo de familia numerosa, maricón de pueblo y amante de Metallica. Le encanta hablar de sí mismo, y es porque tiene cosas que decir, y me alegro de que haya encontrado un público que lo escuche.



AITOR Y PAULA Y LAS REDES SOCIALES


Aitor Saraiba y Paula Bonet compartieron una mesa redonda en la que hablaron de muchas cosas, pero yo me quedé con algunas ideas sobre el boom de las redes sociales en la vida de los ilustradores. Aquí mezcladas hay ideas de ambos. Por la buena sintonía que mostraron ambos en la mesa, no creo que a ellos les importe que no estén atribuidas directamente a uno u otro.

- En las redes sociales hay censura, mal gusto, gente que no se posiciona, gente va a lo fácil, gente que busca el like, está lo simplón y lo mono y el marketing de las grandes empresas cuando hay gente pequeña haciendo grandes obras de arte que no aparecen porque son censuradas.
- Estamos en la era del exhibicionismo: antes, la obra de arte se defendía sola. Ahora, se le pide al ilustrador que haga marketing no sólo de su obra, sino también si es posible de su propia persona. El lector ya no se conforma sólo con leer(ver). Quiere algo más. Y siempre quiere más, y a mayor velocidad.
- Pero… pero… qué bonito es poder interactuar con los autores y con los lectores…

SÓLO PAULA


En sus propias palabras, Paula Bonet llevaba quince años trabajando en sus óleos sin que nadie le hiciera caso, y ha vivido cuatro años inexplicables, de penas y alegrías, que la han puesto en el ojo de un huracán mediático que a ella le ha costado mucho asumir y ante el cual todavía (y aquí entro en la opinión personal) se la ve a veces incómoda y a veces harta sin rodeos. Sí, interactuar con los autores es bonito, pero no poder salir a cenar sin que se acerquen a ti para hacerse una foto… ¿quién está preparado para eso?

¿Tiene fórmula, el éxito de Paula? ¿Por qué gustan tanto sus dibujos? (Ella insiste en que apenas puede considerarse ilustradora, algo en lo que estamos de acuerdo). Yo no tengo la respuesta, ni creo que ella la tenga tampoco. Ella tiene su estilo (artísticamente hablando), que nace de su educación artística y estética, y ese estilo, mezclado en cocktail explosivo con sus referentes (musicales, cinematográficos), los pocos trabajos que ha realizado por encargo, sus libros (que transmiten una sencilla poesía de los sentimientos, cercana, nada elitista, que resuena especialmente afín a un público juvenil, en el que ha encontrado a la mayoría de sus admiradores), y mal que le pese, su apariencia, ha desembocado en un auténtico boom “Paula Bonet”. Probablemente se arrepienta de algunas cosas, o simplemente a partir de ahora las haga de otra manera. Da la sensación de que gran parte de lo que le ha sucedido ha sido totalmente inesperado, no buscado, y por lo tanto gestionado tan bien (o mal) como ha sabido (“unas veces se gana y otras se aprende”, ¿verdad Mágoz?).

Con su sinceridad, su nerviosismo, su pasión por lo que hace (los dos libros son proyectos prácticamente al 100% personales, en los que sólo parece haber colaborado ligeramente el diseñador gráfico con el que trabaja), y su valentía plantando cara a los que quieren ver en ella tan solo una cara bonita, entro en Ilustratour conociendo la obra de Paula (y, honestamente, no siendo una gran admiradora – por cuestiones estéticas – de su trabajo), y salgo de Ilustratour conociendo (un poquito) a Paula, la artista, la obsesiva, la "artesana", la apasionada, la que se declara fan de los autores que no se avergüenzan de reconocer que utilizan su autobiografía como fuente de la que beben sus historias.

LOS REFERENTES DE WILLIAM GRILL, DIBUJANTE.


- David Hockney
- Shaun Tan
- Saul Steinberg
- Edward Hopper
- Constable (nubes)

Uno sabe que está frente a un ilustrador con método y un largo recorrido por delante (especialmente teniendo en cuenta su juventud) cuando es capaz de hablar con orgullo de cuáles son los referentes que inspiran su trabajo… y cuando es incapaz de dejar de dibujar lo que le rodea en cuadernos que lleva consigo a todas partes.


YA VAMOS TERMINANDO…


Pero antes, un consejo de Ellen Weinstein a los ilustradores de la sala (y que yo, sin ser ilustradora ni pretender empezar a serlo ahora, intento hacer mío cada día): haz aquello que te hace feliz. Conócete a ti mismo, tus gustos, tus intereses, e intenta involucrarlos en tu trabajo. Haz oír tu voz en lo que produces. Si no lo haces, no tendrá tu marca personal. No serás tú.


¿SÍNTESIS?


Tantas ideas. Tantos nombres. Tanto trabajo detrás de tres días de charlas, que difícilmente el discurso resultante podría sintetizarse en modo alguno.

Aunque… ¿saben? Quizás sí:

Puede gustarte o no el trabajo de los ilustradores que pasan por Ilustratour, pero lo que es innegable es que todos ellos poseen una voz propia, con todo lo que esto conlleva (filosofía, método de trabajo, fuentes y producción).

17 julio 2013

Ilustratour 2013 (the end)

(Les prometo que esta es la última entrada sobre el tema... ¡al menos, hasta el año que viene!)

Si les gusta la literatura infantil, los álbumes ilustrados, o la ilustración en general, y no se han planteado nunca ir a Ilustratour, están cometiendo un grave error (de fácil corrección: el año que viene cuando se abra la inscripción para el Ilustratour 2014, ¡no se lo piensen dos veces!). No hace falta ser ilustrador para disfrutar de estas jornadas internacionales. Sí, cierto, hay allí muchos ilustradores (por las entrevistas con editores, por los talleres profesionales, y porque probablemente escuchar la conferencia de alguna de las figuras invitadas o llevarse un libro dedicado por ell@s también les llama la atención), pero no hace falta ser ilustrador para que te encanten los libros de David Wiesner u Oliver Jeffers, o pueda interesarte lo que Puño tiene que explicar sobre las referencias culturales que más le han influenciado o lo que Kitty Crowther pueda contar sobre sus extraños personajes.

Yo lo he disfrutado, MUCHO, y de ilustrar, lo que se dice ilustrar, más bien poco.
(Aunque salí de allí pensando que en mi siguiente vida no dejaré de dibujar, como hacemos la mayoría...).

Les dejo por aquí un par de materiales de resumen de las jornadas, por si les apetece darse una vuelta por el Ilustratour 2013 mientras esperan el programa del año que viene, que seguro que también será espectacular.

(enlaces a las entradas que dediqué en este blog a mis invitados favoritos de este año)

(un pdf para cada conferencia, con los tuits ordenados cronológicamente)

(para ver qué cara tiene Alberto Gamón o Marc Boutavant y respirar algo del ambiente de esos tres días)

01 julio 2013

Por qué voy a Ilustratour 2013

Porque me encanta Oliver Jeffers.
Porque me anonada David Wiesner.
Porque me encandila Kitty Crowther.
Porque me flipa Puño.
Porque me divierte Chris Haughton.

... y porque además estarán por allí Alberto Gamón y Daniel Nesquens en representación de sinPretensiones, y porque quiero ver la exposición de Pep Carrió y... en fin.

¡Que me voy a Valladolid!

Si la tecnología y la inspiración lo permiten, les contaré todo lo que pueda. Atentos sobre todo a Twitter y a Flickr. Quizá haya crónica a la vuelta, pero no prometo nada. Estoy desde YA en modo vacacional, y me esperan Murakami y su 1Q84 y la Oro con sus croquetas.

Pero ustedes no se vayan muy lejos, que antes de irme quiero hacerles una propuesta...

28 junio 2013

Por qué me divierte Chris Haughton

-










- Porque le hizo falta SOLO UN LIBRO ("Un poco perdido") para que todos dijéramos "eeeeeep... ¿has visto eso?"
- Porque no importa cuantos cuentos basados en repeticiones o con una estructura circular nos encontremos: si están bien hechos, siempre nos van a gustar.
- Por el collage y los colores planos de sus ilustraciones.
- Por sus temas cercanos y cotidianos.
- Porque a pesar de que sus libros presentan conflictos, transmiten serenidad y seguridad. ¡Todo va a salir bien!
- Porque nos hace sonreír.
- Por la promesa de los libros futuros.

***

Enlaces recomendados
- Página web oficial.
- Making of de "Un poco perdido" y de "¡Oh no, Lucas!"
- Entrevista en Un periodista en el bolsillo.

[Chris Haughton participa en las jornadas "En otros charcos" del Ilustratour]

26 junio 2013

Por qué me flipa Puño


























- Porque le mola dibujar libros y gente leyendo.
- Porque, como yo, es un culo inquieto. Libros, folletos, cómics, carteles...
- Por el final de "¡Ñam!".
- Porque se nota que no ilustra para niños (o no ilustra "solo" para niños), sino sobre todo para él.
- Por sus texturas.
- Porque se nota que le gusta experimentar y no hacer siempre lo mismo. Pinceles, colores, ordenador, rotuladores...
- Porque "Luces en el canal", sin sus colores y sus personajes, no hubiera sido lo mismo.

***

Enlaces recomendados
- Su web y su tumblr y su facebook.
- Puño, amigo y esteta (una entrevista para Esquire).
- Conferencia de Puño en el MAD 2011.
- Yo leo.

[Puño participa en las jornadas "En otros charcos" del Ilustratour]

24 junio 2013

Por qué me encandila Kitty Crowther



























- Por las atmósferas de sus ilustraciones (extrañas, casi inquietantes).
- Por su flora (lo sé, suena entre friki y frívolo, pero es que tengo dos debilidades: los pájaros y las plantas).
- Porque Poka y Mina son casi tan entrañables como los personajes de Oliver Jeffers.
- Por atreverse a hacer un álbum como Theo y Dios (¿Usted es Dios? ¿"El" DIOS? Pues no le imaginaba así.)
- Por demostrar que en los libros sobre hábitos (la hora de levantarse, de ir a dormir...) también pueden encontrarse pequeñas obras de arte.
- Por la simplicidad, y por lo cercano, del trazo de sus lápices de colores.
- Porque cuando escribe, es como si me estuviera hablando a mí y sólo a mí.

***

Enlaces recomendados.
- The bench / Le banc - corto de animación.
- Kitty Crowther, ganadora del Astrid Lindgren Memorial Award.
- Galería de ilustraciones.

[Kitty Crowther participa en las jornadas "En otros charcos" del Ilustratour]

21 junio 2013

Por qué me anonada David Wiesner

- Porque su versión de los tres cerditos me dejó patidifusa. (Pero... ¿¿de verdad se puede hacer eso con un clásico??)
- Porque abres sus libros y no tienes ni idea de qué va a pasar. (¿Mundos subacuáticos? ¿Ranas voladoras?)
- Porque sus historias me dejan siempre con la boca abierta (por la sorpresa, por la técnica...).
- Porque el punto de vista que escoge para ilustrar nunca es azaroso.
- Porque narra sin palabras como pocos. Como superpone imágenes y usa viñetas de diferentes formas y tamaños para explicar con más detalle qué está pasando.
- Porque sus libros ni son álbumes ni son cómics, sino a veces una cosa y a veces otra. (Y me gustan los libros que no encajan.)
- Porque a veces da igual que no haya respuestas.
- Porque veo un libro suyo nuevo en la librería y se me iluminan los ojos.
- Porque me encanta que los libros empiecen antes de la página de créditos.
- Por el canto al arte y la experimentación artística que es "Art y Max".

***

Enlaces recomendados
- Página web oficial de David Wiesner.
- Entrevista en Un periodista en el bolsillo.
- Sobre "Flotante".

[David Wiesner participa en las jornadas "En otros charcos" del Ilustratour]

19 junio 2013

Por qué me encanta Oliver Jeffers























- Por su uso del collage y por su uso de los fondos blancos.
- Porque sus personajes me parecen de lo más entrañable.
- Por su sentido del humor absurdo e hilarante.
- Por los mensajes de algunos de sus libros (y porque no todos tienen mensaje).
- Por su caligrafía.
- Porque demuestra que para hacer un buen libro no hacen falta dibujos increíblemente complejos.
- Porque sabe cuándo dejar hablar a las palabras y cuándo a las imágenes.
- Por sus garabatos de plastidecor.
- Porque su último libro publicado aquí ("L'ant és meu"; de momento, solo en catalán) me tocó muy hondo.
- Porque cada libro suyo es una sorpresa, y se nota que se lo pasa bomba en cada uno de ellos.

***

Enlaces recomendados.
- Página web oficial de Oliver Jeffers.
- Chafardeando en su estudio.
- Instrucciones para dibujar un pingüino o para dibujar un alce.
- "My name is Oliver Jeffers"
- Neither here nor there: la faceta artística de Oliver Jeffers.

[Oliver Jeffers participa en las jornadas "En otros charcos" del Ilustratour]

17 junio 2013

En otros charcos


¿Queda alguien ahí fuera que no sepa que este año voy a ir a mi primer (primero de muchos, espero) Ilustratour?

¿Queda alguien ahí fuera que no sepa qué es Ilustratour?

Desde 2008 llevan celebrándose en Valladolid durante la primera semana de julio unas jornadas dedicadas al mundo de la ilustración y el álbum ilustrado. Se organizan en una serie de talleres dirigidos a "practicantes" de la ilustración, y unas jornadas con charlas y conferencias dirigidas a "amantes" de la ilustración. Empezaron pisando fuerte, con Svjetlan Junakovic, y enseguida llamaron la atención del mundillo. Algo se estaba cociendo en Valladolid, y no nos equivocamos... Desde aquel primer año, han pasado por allí algun@s de mis ilustradores favorit@s: Kveta Pacovska, Beatrice Alemagna, Jutta Bauer, Sophie Blackall, Elena Odriozola, Elisa Arguilé, Sylvia van Ommen, Hervé Tullet...

Este año, hice planes para no perdérmelo.
Pedí las vacaciones en la biblioteca sin conocer el programa, pero tenía una intuición.
Y no me ha fallado...

Oliver Jeffers.
Kitty Crowther.
Puño.
David Wiesner.
Chris Haughton.

(Y ellos solo son mis favoritos, porque luego también andarán por allí figuras de la talla de Alberto Gamón, Benoît Jacques, Marc Boutavant, Axel Scheffler, Alfonso Ruano...)

Esta semana y la que viene, voy a dejar por aquí unas breves notas sobre por qué me enamora cada uno de esos ilustradores. También les dejaré alguna imagen y, por supuesto, la bibliografía imprescindible para que se enamoren ustedes también.

¿Se vienen conmigo al Ilustratour?

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Para saber más: entrevista con los organizadores de Ilustratour en el blog "Ilustrando dudas".