No soy muy dada a relatar anécdotas del trabajo, a pesar de que (quizá como ocurre con todos los colectivos) no es porque nos falten. Creo que no se me da especialmente bien contar historias. Leo las anécdotas que cuenta Upuaut en su blog, por ejemplo, y no creo poder estar a la altura. Si les apetece echarse unas risas a costa de las cosas raras que pasan en las bibliotecas, les recomiendo que lean las que allí encontrarán, o que den un paseo por los blogs de los frikitecarios o los burgostecarios.
Pero algo pasó la semana pasada en la biblioteca que he pensado que debía compartir. Una verdadera obra de arte, un sabotaje cuyo sentido no acabo de entender, pero ante el que inmediatamente pregunté "¿Puedo explicarlo en el blog?".
Sin más preámbulos, imaginen dos libros. Como no quiero usar los títulos reales involucrados en este accidente, pongamos que por un lado tenemos un ejemplar de El libro del verano, de Tove Jansson, y por otro uno de Franny y Zooey de J. D. Salinger (por coger dos libros que estoy leyendo o a punto de hacerlo). La cosa empezó con un usuario que se llevó en préstamo El libro del verano, y nos lo devolvió diciendo que el libro que había dentro no se correspondía con la portada, que dentro el libro que había era Franny y Zooey. Lo primero que pensamos era que habría sido un error de imprenta o algo parecido. De hecho, recientemente me había encontrado con un caso similar que había detectado cuando recibimos un libro infantil de compra (en ese caso me di cuenta al ir a sellar el libro, pues el título de la cubierta y el de la portada no coincidían). Pero al mirar más detenidamente el libro que el usuario nos devolvía nos dimos cuenta de que no se trataba de ese caso, sino de una verdadera operación quirúrgica del más alto nivel. El trabajo de un auténtico artesano de la encuadernación. Había encolado perfectamente el primer pliego de El libro del verano dentro de las cubiertas de Franny y Zooey, y había sustituido la sobrecubierta de papel. Sólo fijándose bien se daba uno cuenta de que el primer pliego era un montaje, una encuadernación casera, y que el libro auténtico (Franny y Zooey) empezaba unas páginas más adelante. El pastel también se descubrió al retirar el forro y la sobrecubierta de papel y ver que debajo, efectivamente, el título correspondía al libro de Salinger, y no al de Jansson.
Comentamos la jugada con los compañeros, y empezaron las preguntas.
Personalmente, no lo entiendo. ¿Por qué hacer algo así? Normalmente la gente intenta colarnos un gol cuando ha perdido algún libro de la biblioteca o cuando está intentando robarlo, pero en este caso, quien lo hizo no había perdido El libro del verano, pues conservaba no solo la sobrecubierta de papel sino también sus primeras páginas, así que ¿qué explicación puede tener el montaje?
Puestos a llevarlo un poco más lejos... ¿por qué no sustituyó las páginas de créditos del libro auténtico, y empezó el montaje con el texto en sí? Así hubiera sido todavía más difícil de detectar. Puestos a sabotear ¿Por qué no obligar a alguien a leer Franny y Zooey, haciéndole creer que está leyendo El libro del verano? Puede incluso que el lector jamás se diera cuenta, y mucho menos nosotros en la biblioteca. Normalmente no tenemos tiempo de ir comprobando que las cubiertas y las portadas de los libros coinciden...
Y, ya que estamos... ¿Quién nos asegura que no nos ha pasado a todos nosotros, lectores, en un momento u otro de nuestra historia lectora? ¿Quién me asegura a mí ahora que todos los libros que yo "creo" que he leído son realmente los que he leído? ¿Que ninguno ha sido obra de un sabotaje similar?
Sí, era viernes, estábamos de cachondeo, y salimos de la biblioteca imaginando desde un Tyler Durden literario hasta una Matrix bibliotecaria en la que nada es real y todo es obra de la más pura manipulación. Vale, quizá nos pasamos, pero...
11 julio 2011
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9 comentarios:
jo, soy bibliotecaria y nunca me ha pasado eso, como mucho que me llegue un libro mordido por el perro o algo asi, o que no me lo devuelvan...pero eso tan elaborado? imagino que ganas de fastidiar o por hacer alguna broma..quién sabe...
Soy usuario habitual de biblioteca y me sorprendo ante lo leído porque al final el objetivo final, ¿cual era? ¿robar? ¿fastidiar? ¿confundir? ¿todo a la vez?
... imposible saberlo. De ahí que me llamara tanto la atención del caso! Ojalá supiera quien lo hizo, simplemente para poder hacerle precisamente esas mismas preguntas...
Que pasada!!!, cuando os entereis de quien es, avisarme y contacto con el para que me encuaderne varios libros que están muy necesitados ;-)
Saludos
Hòstia, és boníssim. Potser és una acció literariopoètica, com fer cites a cegues amb els llibres... Quina ment hi ha al darrera?
molt curiós!!
Això gairebé és com baixar una nital carrer de casa teva i cobrir el pal d'una farola amb una peça vermella de ganxet!
Me recuerda a Enigma de Antoni Casas. En esa novela, unos personajes cambian los finales de los libros que consideran que no están bien acabados, editan los libros de nuevo y los cambian en las librerías. Quizás es el comienzo de algo parecido en bibliotecas... o el final y hay ya cientos de libros con las cubiertas cambiadas! XD
Molt grand! he estado pensando y con las pistas que habéis deducido...¿tendrá algo que ver este usuario con el del Códice Calixtino?. Larga vida al imaginario de los usuarios- que por otro lado- nosotros como bibliotecarios/ libreros alimentamos.
http://pequenhaciudad.blogspot.com/
chat botté: no té ni punt de comparació, dona, on vas a parar!
ramosmi: uix... me apunto ese libro para leerlo! cómo puede ser que no haya oído hablar de él hasta ahora?
piu: no creo yo que tenga tantas ambiciones este "creativo" como el del códice calixtino... más que nada, porque... ¿qué es lo que ha ganado nuestro usuario exactamente? en realidad, es que todavía sigo sin entendero XD. de veras que ojalá apareciera ahora alguien por aquí diciendo "lo hice yo, y fue por esto esto y esto" y me sacara de dudas!! XD
gracias a tod@s por vuestros comentarios! :-)
Qué historia...Desde luego sí que recuerda a la novela de Casas en parte (curiosa la figura de este autor, por cierto). Y despierta la imaginación: si lo hizo, por algo sería, pero por qué: ahí está el misterio, el delito que su acción permitió y que nosotros no somos capaces de ver y relacionar! Jeje. Si estuviera por aquí la Fletcher...
Un saludo
Leo
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