La ignorància causa la paràlisi de la voluntat. Quan no saps el que t'espera, no tens manera de preveure els perills. Per a les autoritats que els inquieten les dificultats que els imposa una democràcia sòlida i consistent, la ignorància de l'electorat i la desconfiança que gairebé tothom té envers el valor de la discrepància, afegides a la poca inclinació a participar en la política, són un capital polític més que benvingut. La dominació per mitjà de la ignorància i de la incertesa cultivades deliberadament és més efectiva, i més barata, que no pas l'exercici del poder basat en la confiança en el debat, en l'anàlisi dels fets i en l'esforç sostingut a posar-se d'acord sobre les qüestions que es puguin plantejar, i és la manera menys arriscada d'actuar. La ignorància política es reprodueix sense parar, i la corda trenada amb la ignorància i la passivitat té la mida justa que necessita el poder cada cop que ha de fer callar la veu de la democràcia o lligar-li les mans.
[La ignorancia causa la parálisis de la voluntad. Cuando no sabes lo que te espera, no tienes manera de prever los peligros. Para las autoridades a las que les inquietan las dificultades que les impone una democracia sólida y consistente, la ignorancia del electorado y la desconfianza que casi todo el mundo tiene hacia el valor de la discrepancia, añadidas a la poca inclinación a participar en la política, son un capital político más que bienvenido. La dominación por medio de la ignorancia y de la incertidumbre cultivadas deliberadamente es más efectiva, y más barata, que no el ejercicio del poder basado en la confianza en el debate, en el análisis de los hechos y en el esfuerzo sostenido para ponerse de acuerdo sobre las cuestiones que se puedan plantear, y es la manera menos arriesgada de actuar. La ignorancia política se reproduce sin parar, y la cuerda trenzada con la ignorancia y la pasividad tiene la medida justa que necesita el poder cada vez que debe hacer callar la voz de la democracia o atarle las manos. (Traducción casera)]
***
En lugar de seguir leyendo novelas con protagonistas maestros (o maestras, en mi caso), me he pasado a un par de ensayos sobre educación que tenía pendientes desde hace un tiempo. He empezado por Els reptes de l'educació en la modernitat líquida de Zygmunt Bauman, y el párrafo de aquí arriba es el penúltimo del ensayo. Después de la jornada de ayer, vale la pena reflexionar sobre ello.
Siguientes en la lista de lectura están Mal d'escola, de Daniel Pennac (de hecho, ya estoy con él) y Sense ànim de lucre: per què la democràcia necessita les humanitats, de Martha Nussbaum.
[Hagan click en los nombres de estos pensadores para leer una entrevista con ellos.]
30 marzo 2012
28 marzo 2012
El actor
(Lo sé, lo sé... marzo todavía no ha acabado... ¡pero con este buen tiempo no puedo pensar en otra cosa!)
26 marzo 2012
Tuteando
¿Cómo puede ser que acabe de enterarme de que existe este libro?
¿Cómo puede ser que no lo haya visto en ninguna librería, que no esté en ninguna biblioteca?
¿Cómo?
¡¿CÓMO?!
Qué grande, Tute...
¿Cómo puede ser que no lo haya visto en ninguna librería, que no esté en ninguna biblioteca?
¿Cómo?
¡¿CÓMO?!
Qué grande, Tute...
23 marzo 2012
Teachers
Estoy haciendo un minimonográfico lector sobre profesoras en la literatura.
Primero leí Olive Kitteridge (que estoy segura que va a ser uno de los mejores libros que voy a leer este 2012; aunque les aviso que el hecho de que Olive fuera profesora antes de jubilarse tampoco es demasiado relevante para la trama).
Después vino La plenitud de la señorita Brodie (que claro, después de Olive, me pareció... un poco frívolo).
Y ahora estoy con Las crónicas de la señorita Hempel (en el momento de escribir esta entrada todavía no he llegado al ecuador, y me está costando un poco entrar en la novela, de empatizar con los personajes, o no sé qué exactamente...).
¿Tienen alguna otra sugerencia lectora, con protagonista femenina dedicada a la enseñanza?
Primero leí Olive Kitteridge (que estoy segura que va a ser uno de los mejores libros que voy a leer este 2012; aunque les aviso que el hecho de que Olive fuera profesora antes de jubilarse tampoco es demasiado relevante para la trama).
Después vino La plenitud de la señorita Brodie (que claro, después de Olive, me pareció... un poco frívolo).
Y ahora estoy con Las crónicas de la señorita Hempel (en el momento de escribir esta entrada todavía no he llegado al ecuador, y me está costando un poco entrar en la novela, de empatizar con los personajes, o no sé qué exactamente...).
¿Tienen alguna otra sugerencia lectora, con protagonista femenina dedicada a la enseñanza?
21 marzo 2012
Pesadilla (2012 edition)
¿Se acuerdan de esta pesadilla?
Pues lo que no sabía entonces es que existía un vídeo de aquella fotografía.
Voilà.
[Visto en el blog de Present & Correct]
Pues lo que no sabía entonces es que existía un vídeo de aquella fotografía.
Voilà.
[Visto en el blog de Present & Correct]
19 marzo 2012
Coartadas
P. ¿Leer en una pantalla permite menos concentración?
A. G. Tal vez se inaugure una nueva forma de leer, que es una nueva forma de pensar y tal vez una nueva forma de vivir. No hay que satanizarlo, porque si empezamos ahora a hacer discursos contra el ferrocarril… El nuevo concepto de lectura implica un nuevo concepto de relación y de comunidad. Y ahí es donde debemos tener alguna inquietud, porque puede que haya transmisión de información pero no comunicación. ¿Hoy hay más comunicación que nunca? Es discutible. Eso sí, nace una nueva concepción de lo que significa leer. Antes era una visión interiorista que llevaba su tiempo y casi su espacio. Ahora parece más una intervención. El problema confundir las actividades con las acciones. Hay mucho trasiego en la Red, ¿eso significa que hay mucha acción? A veces es un sucedáneo, incluso una coartada para no actuar.
I. G. Lo común cada vez interesa menos. La lectura tiene poco porvenir si no te importa lo común. Para que te importe un libro también te tienen que importar los demás.
***
A. G. es Ángel Gabilondo.
I. G. es su hermano Iñaki.
Cesc me recomendó este artículo en un comentario, hace tiempo, pero hasta ahora no había encontrado el momento de leerlo (lo cual, también dice mucho del frenesí de la vida en la red). Ahora, yo os lo recomiendo a vosotros por si, como a mí, se os había escapado.
A. G. Tal vez se inaugure una nueva forma de leer, que es una nueva forma de pensar y tal vez una nueva forma de vivir. No hay que satanizarlo, porque si empezamos ahora a hacer discursos contra el ferrocarril… El nuevo concepto de lectura implica un nuevo concepto de relación y de comunidad. Y ahí es donde debemos tener alguna inquietud, porque puede que haya transmisión de información pero no comunicación. ¿Hoy hay más comunicación que nunca? Es discutible. Eso sí, nace una nueva concepción de lo que significa leer. Antes era una visión interiorista que llevaba su tiempo y casi su espacio. Ahora parece más una intervención. El problema confundir las actividades con las acciones. Hay mucho trasiego en la Red, ¿eso significa que hay mucha acción? A veces es un sucedáneo, incluso una coartada para no actuar.
I. G. Lo común cada vez interesa menos. La lectura tiene poco porvenir si no te importa lo común. Para que te importe un libro también te tienen que importar los demás.
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A. G. es Ángel Gabilondo.
I. G. es su hermano Iñaki.
Cesc me recomendó este artículo en un comentario, hace tiempo, pero hasta ahora no había encontrado el momento de leerlo (lo cual, también dice mucho del frenesí de la vida en la red). Ahora, yo os lo recomiendo a vosotros por si, como a mí, se os había escapado.
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12 marzo 2012
Z
No sé si será astenia pre-primaveral, pero últimamente me pasaría el día como Snoopy en esta viñeta (dibujada no por el gran maestro Schulz, sino por el gran maestro Max).
Así que, con su permiso, me voy a echar una siestecita... Entre cabezada y cabezada igual me asomo por aquí. Ya veremos.
¡Que descansen!
09 marzo 2012
Composites
Así a primera vista quizá estas caras no les suenen de nada, pero estoy segura de que conocen a más de uno de los "personajes" de aquí arriba.
Sí... se trata de personajes. Concretamente (de izquierda a derecha y de arriba abajo), de Ignatius J. Reilly, Emma Bovary, Aomame, Edward Rochester, Humbert Humbert, Daisy Buchanan, Sam Spade, Tess y Tom Ripley. O, al menos, del aspecto que tienen estos personajes si se pasa su descripción (la que sus autores hicieron de ellos en las obras en las que aparecen) por un programa informático de los que utiliza la policía para elaborar retratos robot de criminales. La genial idea se le ha ocurrido a Brian Joseph Davis, y comparte los retratos en The Composites. Acepta sugerencias para ver qué cara tendrían otros personajes, así que si quieren saber si Daniel Radcliffe realmente se parece a Harry Potter... ya saben.
[Lo he descubierto en este post de Open Culture, una verdadera mina de entretenimiento...]
PS: Y hablando de retratos de personajes de ficción, el jueves que viene (15 de marzo) se acaba el plazo para enviar descripciones (físicas o psicológicas) de personajes para la exposición "El libro como..." de la Biblioteca Nacional. ¿Ya han enviado la suya? Si hubiera tomado nota de las páginas, yo enviaría esta, esta o esta otra.
07 marzo 2012
Vídeotipografías
ABCinema from Evan Seitz on Vimeo.
Arkitypo: letter rotations from johnson banks on Vimeo.
***
En la primera, cada letra esconde una película.
En la segunda... tan solo hay que dejarse llevar por las tres dimensiones...
05 marzo 2012
grow up... and read
En la televisión dan la primera película de Harry Potter. Un montón de barcos brillantes se mueven sobre el agua negra. He visto esta película más veces de las que he follado. Es una estadística que tengo que invertir. Empezaré por no verla otra vez. (p. 47)
Jonah despliega el polvo escondido en un envoltorio hecho con un flyer de "Una noche de dubstep delirante". Con el carné de la biblioteca hace cuatro rayas sobre la tapa del váter y nos las metemos. Nos dejamos caer al suelo. Con la espalda apoyada en la pared, miramos las baldosas de enfrente durante unos minutos. Me quema la nariz y siento una cascada de aguas fecales en la garganta antes de notar cómo se extiende por mi cabeza. (p. 90)
- Jasper - me dice -, ¿qué generación somos nosotros?
Me encojo de hombros.
- No lo sé. La Z o algo así.
- No, es la Y - afirma Ping.
- Pensaba que éramos la Generación X.
- No, gilipollas - digo -. La Generación X fueron Van Halen y esos. (p. 144)
Jonah ya está en el Yellow Pony, sentado tras una cerveza y una novela de Murakami. No entiendo mucho a Jonah pero sí por qué lee a Murakami. Murakami me hace sentir seguro y optimista. Ojalá Murakami fuera mi padrastro. Murakami nunca asesinaría a mi madre. (p. 186)
Me sirvo un vaso de leche y lo llevo al cobertizo del fondo del jardín. Saco mi cuaderno de detrás de una pala y empiezo a trabajar en mi novela de nuevo. La novela está casi terminada. Es la historia de un joven dotado de un gran carisma e ingenio que intenta averiguar qué hacer y cómo hacerlo. Tiene todo lo que quería: una escena con una especie de violación (lo siento otra vez, Georgia), una especie de revelación (lo siento otra vez, Keith) y una especie de lección. Aún no sé cuál es la lección pero está claro que habrá una.
Soy Holden Caulfield solo que menos temerario y más atractivo. (p. 230)
***
Se pueden decir muchas cosas de Ben Brooks y de su libro Grow up (Canongate) / Crezco (Blackie Books) / Fes-te gran (Empúries). Puede gustarte con locura, encontrarlo fresco, sincero y divertido o incluso desternillante. Puede desagradarte profundamente, encontrarlo ordinario, grosero o incluso racista u homófobo. Lo que no se puede negar, es que se nota que Ben Brooks ha crecido mamando libros... y no precisamente las lecturas obligatorias del instituto. Ben Brooks tampoco será lectura obligatoria en ningún instituto. Ni siquiera sé si yo me atrevería a recomendarlo en la biblioteca... pero sí sé que, si en mi época todo mi grupito de amigos se leyó a José Ángel Mañas o Ray Loriga porque yo los puse en circulación, hoy en día podría pasar perfectamente lo mismo con el libro de Ben Brooks.
Jonah despliega el polvo escondido en un envoltorio hecho con un flyer de "Una noche de dubstep delirante". Con el carné de la biblioteca hace cuatro rayas sobre la tapa del váter y nos las metemos. Nos dejamos caer al suelo. Con la espalda apoyada en la pared, miramos las baldosas de enfrente durante unos minutos. Me quema la nariz y siento una cascada de aguas fecales en la garganta antes de notar cómo se extiende por mi cabeza. (p. 90)
- Jasper - me dice -, ¿qué generación somos nosotros?
Me encojo de hombros.
- No lo sé. La Z o algo así.
- No, es la Y - afirma Ping.
- Pensaba que éramos la Generación X.
- No, gilipollas - digo -. La Generación X fueron Van Halen y esos. (p. 144)
Jonah ya está en el Yellow Pony, sentado tras una cerveza y una novela de Murakami. No entiendo mucho a Jonah pero sí por qué lee a Murakami. Murakami me hace sentir seguro y optimista. Ojalá Murakami fuera mi padrastro. Murakami nunca asesinaría a mi madre. (p. 186)
Me sirvo un vaso de leche y lo llevo al cobertizo del fondo del jardín. Saco mi cuaderno de detrás de una pala y empiezo a trabajar en mi novela de nuevo. La novela está casi terminada. Es la historia de un joven dotado de un gran carisma e ingenio que intenta averiguar qué hacer y cómo hacerlo. Tiene todo lo que quería: una escena con una especie de violación (lo siento otra vez, Georgia), una especie de revelación (lo siento otra vez, Keith) y una especie de lección. Aún no sé cuál es la lección pero está claro que habrá una.
Soy Holden Caulfield solo que menos temerario y más atractivo. (p. 230)
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Se pueden decir muchas cosas de Ben Brooks y de su libro Grow up (Canongate) / Crezco (Blackie Books) / Fes-te gran (Empúries). Puede gustarte con locura, encontrarlo fresco, sincero y divertido o incluso desternillante. Puede desagradarte profundamente, encontrarlo ordinario, grosero o incluso racista u homófobo. Lo que no se puede negar, es que se nota que Ben Brooks ha crecido mamando libros... y no precisamente las lecturas obligatorias del instituto. Ben Brooks tampoco será lectura obligatoria en ningún instituto. Ni siquiera sé si yo me atrevería a recomendarlo en la biblioteca... pero sí sé que, si en mi época todo mi grupito de amigos se leyó a José Ángel Mañas o Ray Loriga porque yo los puse en circulación, hoy en día podría pasar perfectamente lo mismo con el libro de Ben Brooks.
02 marzo 2012
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