Anxo, porque no solo fue el primero, sino que se atrevió a imaginar (¡la PS es para ti!)
Palimp, porque después de cuatro años, el quinto no va a ser menos.
Matilde, por recordar y por escoger.
Berta, perquè saber que hi és molt sovint és just el que necessito.
César, por votación popular :-)
(y, fuera de concurso, Enhac... por compartir yogures conmigo).
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Sigamos :-)
PS: Anxo: necesito una dirección postal a la que poder enviarte tu cuadernillo. ¿Me envías un correo? librosfera(arroba)gmail(punto)com
31 enero 2011
24 enero 2011
Cinco - Cinc - Five - Fünf
Este blog no tiene cumpleaños en un día fijo. De hecho, la primera entrada es de diciembre de 2005, aunque empecé a postear con regularidad en enero de 2006, y suelo hacer una entrada de "¡felicitadme, es mi cumple!" en algún momento durante el mes de enero. Suele ser más pronto que tarde, aunque este año no sea el caso por circunstancias personales, pero me gusta la idea de que el cumpleaños del blog coincida (por los pelos) con el mío.
Así que cinco. Ya llevamos cinco años con esta historia... este capricho. Han pasado muchas cosas en cinco años. Algunas podía esperarlas. Otras ni siquiera las imaginaba. Este blog también ha cambiado mucho. Se ha vuelto más callado, más parco en palabras, más visual, pero no por eso menos literario.
Los que llevan un tiempo por aquí saben que suelo celebrar el cumpleaños de Librosfera con un "detalle" para con los lectores, pero lamentablemente este año voy a tener que ser más selectiva, pues tan solo dispongo de cinco...
Cinco cuadernillos hechos a mano con fichas de las que se usaban hace algunos años (la mayoría las recordarán) para el préstamo de libros en las bibliotecas. Son fichas auténticas, que pertenecieron a libros de verdad, que todavía están en circulación aunque quién sabe dónde... Cuando me encuentro con alguna de estas fichas mientras trabajo, la "robo" (ya no le hace ningún servicio, ni al libro ni a la biblioteca: de ahí las comillas). Y hasta ahora las había ido guardando sin saber muy bien qué hacer con ellas. Un día se me ocurrió construir estos pequeños cuadernos. Tienen doce páginas, igual que meses tiene un año, así que quizá puedan apuntar sus lecturas de este 2011 en ellos. O llevarlos en su próxima excursión librosférica a la biblioteca o a la librería y apuntar futuras adquisiciones o préstamos. O... en fin. No podrán escribir en ella el próximo best-seller (ya sabemos que, si tienen menos de 400 páginas no pueden ser best-sellers), pero sí el germen, la semilla, la idea primigenia... E incluso algún microcuento, que los hay mucho mejores que la mayoría de los best-sellers.
He estado pensando mucho en como sortear los cinco cuadernillos. Primero pensé hacerlo entre los más de 3000 comentarios que ha tenido este blog desde su inicio. Luego pensé solo en los comentarios del último año (que no llegan a los 400, si no me equivoco). Luego pensé que entre las personas que siguen el blog (casi 500)...
Y al final... al final he decidido que escogeré a cinco personas que, en esta entrada, dejen una definición de Librosfera. Yo sé qué es para mí Librosfera (bueno... o debería). Pero a veces no sé muy bien qué debe ser para los 500 seguidores de este blog, o incluso para el visitante ocasional, ese que busca algo en Google (probablemente "princesas Dautremer"... sigue siendo una de las entradas más visitadas del blog) y pasa por aquí casi sin levantar el polvo. Una frase, nada más. "Librosfera es...". Y yo escogeré cinco. Al azar, o las que más me gusten... Ya veremos. Por si acaso son ustedes los agraciados, dejen un correo electrónico o alguna manera de contactar (un perfil de blogger en el que conste el correo, un blog en el que pueda dejar un comentario...). El próximo lunes, 31 de enero, daré por acabada la participación y anunciaré los ganadores.
Y a partir de ahí, espero recuperar el ritmo. Al menos un poco. Al menos durante un tiempo. Seis años. ¿Quién sabe? Quizá sea un buen propósito de año nuevo: intentar llegar al sexto.
Así que cinco. Ya llevamos cinco años con esta historia... este capricho. Han pasado muchas cosas en cinco años. Algunas podía esperarlas. Otras ni siquiera las imaginaba. Este blog también ha cambiado mucho. Se ha vuelto más callado, más parco en palabras, más visual, pero no por eso menos literario.
Los que llevan un tiempo por aquí saben que suelo celebrar el cumpleaños de Librosfera con un "detalle" para con los lectores, pero lamentablemente este año voy a tener que ser más selectiva, pues tan solo dispongo de cinco...
Cinco cuadernillos hechos a mano con fichas de las que se usaban hace algunos años (la mayoría las recordarán) para el préstamo de libros en las bibliotecas. Son fichas auténticas, que pertenecieron a libros de verdad, que todavía están en circulación aunque quién sabe dónde... Cuando me encuentro con alguna de estas fichas mientras trabajo, la "robo" (ya no le hace ningún servicio, ni al libro ni a la biblioteca: de ahí las comillas). Y hasta ahora las había ido guardando sin saber muy bien qué hacer con ellas. Un día se me ocurrió construir estos pequeños cuadernos. Tienen doce páginas, igual que meses tiene un año, así que quizá puedan apuntar sus lecturas de este 2011 en ellos. O llevarlos en su próxima excursión librosférica a la biblioteca o a la librería y apuntar futuras adquisiciones o préstamos. O... en fin. No podrán escribir en ella el próximo best-seller (ya sabemos que, si tienen menos de 400 páginas no pueden ser best-sellers), pero sí el germen, la semilla, la idea primigenia... E incluso algún microcuento, que los hay mucho mejores que la mayoría de los best-sellers.
He estado pensando mucho en como sortear los cinco cuadernillos. Primero pensé hacerlo entre los más de 3000 comentarios que ha tenido este blog desde su inicio. Luego pensé solo en los comentarios del último año (que no llegan a los 400, si no me equivoco). Luego pensé que entre las personas que siguen el blog (casi 500)...
Y al final... al final he decidido que escogeré a cinco personas que, en esta entrada, dejen una definición de Librosfera. Yo sé qué es para mí Librosfera (bueno... o debería). Pero a veces no sé muy bien qué debe ser para los 500 seguidores de este blog, o incluso para el visitante ocasional, ese que busca algo en Google (probablemente "princesas Dautremer"... sigue siendo una de las entradas más visitadas del blog) y pasa por aquí casi sin levantar el polvo. Una frase, nada más. "Librosfera es...". Y yo escogeré cinco. Al azar, o las que más me gusten... Ya veremos. Por si acaso son ustedes los agraciados, dejen un correo electrónico o alguna manera de contactar (un perfil de blogger en el que conste el correo, un blog en el que pueda dejar un comentario...). El próximo lunes, 31 de enero, daré por acabada la participación y anunciaré los ganadores.
Y a partir de ahí, espero recuperar el ritmo. Al menos un poco. Al menos durante un tiempo. Seis años. ¿Quién sabe? Quizá sea un buen propósito de año nuevo: intentar llegar al sexto.
13 enero 2011
10 enero 2011
23,35
La biblioteca como acumulación, como manía. La biblioteca como la primera de todas las pertenencias (se compran libros propios mucho antes de poder comprar la propia ropa), la biblioteca como cultivo, como cosecha, como carga. La biblioteca como pesadilla.
-Dije "mi biblioteca" la primera vez que tuve que mudarla -dice Alan Pauls-. El sentimiento: una mezcla de orgullo y de terror. Pensé: ¿cuántas veces en mi vida tendré que pasar por esto? Cada vez que tengo que mudar la biblioteca se me ocurre que es quizás lo único que podría hacerme dejar la literatura y cambiar de vida.
-Mudarse con los libros es una experiencia traumática -dice la escritora argentina Mariana Enríquez, autora de Los peligros de fumar en la cama (Emecé)-. Las empresas de mudanza obligan a poner los libros en canastos de mimbre gigantes. Yo suelo llenarlos hasta el tope y luego me piden que saque la mitad: en mi mente, los libros no pesan.
En un texto publicado en la revista española Eñe, que dedica una sección a que los escritores hablen de sus bibliotecas, Rodrigo Fresán relata el horror de mudar la suya. "Llego a mi casa y el pequeño ejército de mi mujer baja cajas del camión y las sube por una escalera y es como si yo contemplara el lento pero constante relleno de una pirámide: los tesoros de un faraón doméstico acumulados a lo largo de una vida", escribe Fresán. "El peso del pasado de un escritor es, también, el peso de la biblioteca".
La biblioteca como el rastro de una excentricidad, de una obsesión, de unos amores, de unos desamparos. La biblioteca como resguardo contra el olvido.
***
Es un fragmento del reportaje "La huella de los libros", de Leila Guerriero.
Pronto será también mi turno de pasar por todo eso.
23,35 metros lineales de estanterías (aunque no solo de libros: también he contado CDs y DVDs). ¿Se han entretenido ustedes alguna vez en contar los suyos?
-Dije "mi biblioteca" la primera vez que tuve que mudarla -dice Alan Pauls-. El sentimiento: una mezcla de orgullo y de terror. Pensé: ¿cuántas veces en mi vida tendré que pasar por esto? Cada vez que tengo que mudar la biblioteca se me ocurre que es quizás lo único que podría hacerme dejar la literatura y cambiar de vida.
-Mudarse con los libros es una experiencia traumática -dice la escritora argentina Mariana Enríquez, autora de Los peligros de fumar en la cama (Emecé)-. Las empresas de mudanza obligan a poner los libros en canastos de mimbre gigantes. Yo suelo llenarlos hasta el tope y luego me piden que saque la mitad: en mi mente, los libros no pesan.
En un texto publicado en la revista española Eñe, que dedica una sección a que los escritores hablen de sus bibliotecas, Rodrigo Fresán relata el horror de mudar la suya. "Llego a mi casa y el pequeño ejército de mi mujer baja cajas del camión y las sube por una escalera y es como si yo contemplara el lento pero constante relleno de una pirámide: los tesoros de un faraón doméstico acumulados a lo largo de una vida", escribe Fresán. "El peso del pasado de un escritor es, también, el peso de la biblioteca".
La biblioteca como el rastro de una excentricidad, de una obsesión, de unos amores, de unos desamparos. La biblioteca como resguardo contra el olvido.
***
Es un fragmento del reportaje "La huella de los libros", de Leila Guerriero.
Pronto será también mi turno de pasar por todo eso.
23,35 metros lineales de estanterías (aunque no solo de libros: también he contado CDs y DVDs). ¿Se han entretenido ustedes alguna vez en contar los suyos?
04 enero 2011
Lo mejor del 2010
Proliferan por ahí las listas con lo mejor del 2010 [El Periódico, Público, Ara (cat), The New York Times (eng), The Guardian (eng)...]
Pero la única lista válida, librosféricamente hablando, es la que sigue (por orden cronológico de lectura):
* Jefe de estación Fallmerayer, de Joseph Roth.
"El singular destino del jefe de estación Fallmerayer merece sin duda alguna ser registrado por escrito y conservado en la memoria. Perdió de un modo asombroso su vida, que, dicho sea de paso, jamás habría sido brillante, y tal vez tampoco de una felicidad duradera. Hasta donde los hombres pueden llegar a saber unos de otros, habría sido imposible augurar a Fallmerayer un hado extraordinario. Aun así, le alcanzó, le agarró, y él mismo pareció entregarse a éste con cierto placer."
* Historias de Winny de Puh, de A. A. Milne.
* Rosalie Blum (3 volúmenes), de Camille Jourdy.
* La evolución de Calpurnia Tate, de Jacqueline Kelly.
* El cielo es azul, la tierra blanca, de Hiromi Kawakami.
* Kafka en la orilla, de Haruki Murakami.
"Kafka Tamura, en la vida de los hombres hay un punto a partir del cual ya no podemos retroceder. Y, en algunos casos, existe otro a partir del cual ya no podemos seguir avanzando. Y, cuando llegamos a ese punto, para bien o para mal, lo único que podemos hacer es callarnos y aceptarlo. Y seguir viviendo de esta forma."
* Things the grandchildren should know, de Mark Oliver Everett.
"Life is so full of unpredictable beauty and strange surprises. Sometimes the beauty is too much for me to handle. Do you know that feeling? When something is just too beautiful?"
* Templanza, de Cathy Malkasian.
* Gallego: a la orilla del mar, de Juan Farias.
* Árboles de judías, de Barbara Kingsolver.
"- He estado pensando sobre ello. Sobre cómo los niños no son realmente "tuyos", son sólo personas a las que intentas cuidar y esperas que algún día crecerán para quererte y seguir íntegros. Lo que quiero decir es que todo lo que recibes es en realidad sólo un préstamo. ¿Tiene sentido?
- Claro - dije -. Como los libros en la biblioteca. Tarde o temprano todos tienen que volver a su sitio correspondiente.
- Exactamente. Así que no tiene ningún sentido preocuparse por ello. Lo mejor es disfrutarlo mientras lo tienes."
***
Muchos otros libros eran candidatos a estar entre las diez mejores lecturas del año, pero estos son los escogidos... Quizá alguno se convierta en una de vuestras lecturas favoritas del 2011. A mí también me gustaría tomar prestada alguna de vuestras mejores lecturas del 2010, así que... ¿alguien dispone de dos minutos para pasar por los comentarios y dejarme una sugerencia?
Pero la única lista válida, librosféricamente hablando, es la que sigue (por orden cronológico de lectura):
* Jefe de estación Fallmerayer, de Joseph Roth.
"El singular destino del jefe de estación Fallmerayer merece sin duda alguna ser registrado por escrito y conservado en la memoria. Perdió de un modo asombroso su vida, que, dicho sea de paso, jamás habría sido brillante, y tal vez tampoco de una felicidad duradera. Hasta donde los hombres pueden llegar a saber unos de otros, habría sido imposible augurar a Fallmerayer un hado extraordinario. Aun así, le alcanzó, le agarró, y él mismo pareció entregarse a éste con cierto placer."
* Historias de Winny de Puh, de A. A. Milne.
* Rosalie Blum (3 volúmenes), de Camille Jourdy.
* La evolución de Calpurnia Tate, de Jacqueline Kelly.
* El cielo es azul, la tierra blanca, de Hiromi Kawakami.
* Kafka en la orilla, de Haruki Murakami.
"Kafka Tamura, en la vida de los hombres hay un punto a partir del cual ya no podemos retroceder. Y, en algunos casos, existe otro a partir del cual ya no podemos seguir avanzando. Y, cuando llegamos a ese punto, para bien o para mal, lo único que podemos hacer es callarnos y aceptarlo. Y seguir viviendo de esta forma."
* Things the grandchildren should know, de Mark Oliver Everett.
"Life is so full of unpredictable beauty and strange surprises. Sometimes the beauty is too much for me to handle. Do you know that feeling? When something is just too beautiful?"
* Templanza, de Cathy Malkasian.
* Gallego: a la orilla del mar, de Juan Farias.
* Árboles de judías, de Barbara Kingsolver.
"- He estado pensando sobre ello. Sobre cómo los niños no son realmente "tuyos", son sólo personas a las que intentas cuidar y esperas que algún día crecerán para quererte y seguir íntegros. Lo que quiero decir es que todo lo que recibes es en realidad sólo un préstamo. ¿Tiene sentido?
- Claro - dije -. Como los libros en la biblioteca. Tarde o temprano todos tienen que volver a su sitio correspondiente.
- Exactamente. Así que no tiene ningún sentido preocuparse por ello. Lo mejor es disfrutarlo mientras lo tienes."
***
Muchos otros libros eran candidatos a estar entre las diez mejores lecturas del año, pero estos son los escogidos... Quizá alguno se convierta en una de vuestras lecturas favoritas del 2011. A mí también me gustaría tomar prestada alguna de vuestras mejores lecturas del 2010, así que... ¿alguien dispone de dos minutos para pasar por los comentarios y dejarme una sugerencia?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)