30 abril 2014

Tres deseos

Esta entrada terminó con un "Continuará..."
¿Recuerdan?

Les pedí a unos cuantos compañeros (bueno... más compañeras que compañeros; ya saben cómo es esto: en la profesión seguimos siendo más mujeres que hombres) que me respondieran a la siguiente pregunta:

¿Qué tres cosas os gustaría que todos los usuarios de vuestra biblioteca hicieran y/o supieran sobre las bibliotecas?

Si ustedes, que están leyendo esto, son bibliotecarios/as, se sentirán identificados con lo que viene.
Si ustedes, que están leyendo esto, son usuarios, está en sus manos cumplir nuestros deseos...

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Me gustaría que cuando entren a una biblioteca se den cuenta del enorme lujo que es poder ser usuario de ella. Lujo en el sentido más bello y emocional de la palabra. Un lujo de ambiente. Un lujo de recomendaciones. Un lujo de actividades. Un lujo de lugar donde consultar, leer, aprender, escuchar, ver y en definitiva... emocionarse y crecer como personas.

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1. Que pueden dirigirse a nosotros para explicarnos qué necesitan y cómo podemos ayudarlos.
2. Que hay muchas cosas a descubrir en una biblioteca; además de las novedades tenemos un fondo muy interesante.
3. También me gustaría que los que trabajamos en las bibliotecas fuéramos usuarios activos: ¡demasiado personal al que no le gusta leer! ¿Cómo podemos recomendar lecturas si no somos lectores habituales?

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1.- Que en general fueran más conscientes de la gran suerte que tenemos como sociedad de disponer de unos espacios como las bibliotecas. Me da la impresión de que muchos no tienen ni idea ni valoran el privilegio que supone haber llevado a la práctica conceptos como la "democratización en el acceso a la cultura, la formación y la información" o "espacios de convivencia". La memoria es frágil y todavía hay quien piensa que siempre ha habido bibliotecas tal y como las que afortunadamente tenemos en nuestro entorno. Hace poco nos visitó una bibliotecaria gallega. Se quedó boquiabierta y su comentario fue que estaban a años luz de nosotros. Ella era consciente y lo valoraba... muchos de nuestros usuarios (creo que) no.

2.- Que una vez los niños leen por sí solos, los padres no los abandonen en el recorrido lector. Que nos pregunten, que nos planteen sus dudas, que nos propongan, que nos reten, que nos exijan más... vaya, que se interesen por lo que hay y puede haber, igual que hacían cuando sus hijos eran pequeños.

3.- Me gustaría que hubiera algún mecanismo para aprovechar el conocimiento de una gran mayoría silenciosa de usuarios. Aquellos que no te consultan, que no se quejan. Cogen un libro, utilizan el servicio de préstamo y ni siquiera los vemos. ¡Estos son los imprescindibles! Este año he llevado un club de lectura y me ha sorprendido el nivelazo de los asistentes. La gran mayoría son usuarios habituales de la biblioteca y yo nunca había reparado en ellos. Me gustaría que supieran que nos pueden aportar todo su bagaje cultural.

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1. HACER: Me gustaría que la primera cosa que hicieran al entrar en la biblioteca fuera que me comentaran el último libro que han leído y que les ha gustado.
2. SABER: Cómo moverse por la biblioteca. La CDU debería ser asignatura obligatoria desde primaria.
3. HACER: Que un día en su vida hicieran de bibliotecarios y se dieran cuenta de todo lo que hacemos.

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1. Me gustaría que los usuarios se comportaran cívicamente y respetaran las normas de comportamiento de la biblioteca. De hecho, esto lo podría extrapolar a la vida en general porque digamos que la educación muchas veces brilla por su ausencia hoy en día. Pero si hablamos del entorno bibliotecario entonces pienso en estar en silencio, apagar los móviles, tratar bien los documentos, pedir las cosas con cortesía, etc.

2. Me gustaría que los usuarios fueran más activos en las cuentas de las redes sociales de las bibliotecas. Me consta que la tendencia general, con honrosas excepciones, es una baja interacción de los usuarios con el facebook, twitter o lo que sea de la biblioteca. No sé cuál es el motivo, pero así es y me gustaría que cambiara para que estas herramientas sean canales de comunicación efectivos y bidireccionales.

3. Me gustaría ver más familias en la biblioteca que participan activamente en el proceso lector de sus hijos. Es decir, no vale que vengan más padres, abuelos, tíos, quien sea que deja a los niños a su aire y él o ella se sienta a mirar el móvil. Me refiero a familias en las que los adultos leen con los pequeños, les ayudan a escoger cuentos, escuchan lo que dicen los niños, etc.

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- Que las bibliotecas son lugares especiales para que te pasen o vivas momentos especiales alrededor de la lectura, la curiosidad y la vida de cada día, sea más alegre o más dolorosa.

- Que el mejor paseo por el mundo y el universo lo puedes hacer dentro de las bibliotecas. ¡Y es gratis!

- Me gustaría que nuestros usuarios vieran la biblioteca como el primer punto de llegada para entender el mundo y las personas, y que caminaran junto a nosotros.

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- Que conocieran o se interesaran por nuestro amplísimo fondo documental, de calidad y atractivo para todo tipo de perfiles! Centenares de libros, cd y dvd esperan a que alguien los coja en préstamo. Qué pena cuando te das cuenta que muchas de las compras que hacemos, lo mejor que podemos y sabemos y que cuestan hacer, pasan sin pena ni gloria...

- Que se interesaran un poco, sólo un poco, por las actividades de la biblioteca. Es frustrante programar las actividades y que no venga nadie... o que se pronuncien y que nos digan qué les interesa, a qué tipo de actividades vendrían...

- Que pregunten al bibliotecari@! Estamos infrautilizados como profesionales de la información, igual no saben que estamos para eso, para atender también a sus consultas

- Por último y sin acritud... no estaría mal que se aprendieran los horarios de la biblioteca y que se les metiera en la mollera que los días del señor cerramos! ;)

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- Me gustaría que algunos se dieran cuenta de que también hay libros en la biblioteca, y que una vez descubiertos, vieran que hay vida en su interior.
- Me gustaría que aquellos que pasean y miran sin decir nada, seguros de sus criterios - y yo como usuario de librerías y bibliotecas, a menudo, hago lo mismo - se atrevieran a preguntar al bibliotecario, para poder ir juntos un poco más allá.
- Me gustaría que algunos padres y acompañantes de los usuarios infantiles tomaran una actitud más activa y cuidadosa en relación con el libro, la narración oral, el entorno... para que el modelo que transmiten sea también activo, cuidadoso...

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A mí me gustaría que mis usuarios:
- tuvieran iniciativa para proponernos proyectos que llevar a cabo, ya que a veces lo que nosotros creemos que les interesa puede que en realidad no lo haga.
- consideraran la biblioteca como un lugar en el que se pueden hacer muchas más cosas además de "alquilar" dvd.
- se involucraran con el equipamiento y nos utilizaran como impulso para la creación de nuevos servicios, actividades...

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1. Que supieran que somo una RED de bibliotecas.

2. Que supieran utilizar el catálogo, y ya de paso, todos los servicios y todo lo que pueden hacer y aprovechar en las bibliotecas.

3. Que supieran un poco mejor el trabajo que realizamos y que podemos realizar el personal que trabajamos en la biblioteca.

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1) A estas alturas, todavía me sorprende el desconocimiento de la gente hacia los servicios básicos que ofrecen las bibliotecas públicas. Con el ansia por la wi-fi como la visera que llevan los caballos, no ven más allá. A mí me gustaría que supieran que todo (o casi todo) lo que ven se lo pueden llevar a casa en préstamo: libros, películas, CDs, videojuegos, revistas...

2) También somos un servicio que busca información y casi ninguno lo utiliza. Porque el adolescente que te pide que le hagas tú el trabajo entero de ciencias sociales, no cuenta. Pero lastimosamente, preguntas interesantes como información sobre las inundaciones de Bellvitge en el 73 o un listado de cómics que hablen sobre el blues, tenemos una o dos al año.

3) Que cada biblioteca pública está especializada en un tema concreto. Claro que este último punto ya no es tanto culpa del usuario, sino de los responsables de la biblioteca que no anuncian lo suficiente la propia especialización dando por hecho que la gente ya la conoce.

Y también podría añadir que 4) Me gustaría que supieran que pueden encontrar todos los libros y cómics de Conan en las bibliotecas de L'Hospitalet, pero este punto no será cierto hasta que no nos llegue la próxima compra de cómics.

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[Gracias Ilumi, Sílvia, Nati, Tere, Esther (x 2), Jordi, Eva, Iris, Pep y Gerard]

28 abril 2014

Selçuk Demirel














































Una buena amiga me da la pista de Selçuk Demirel, ilustrador de origen turco afincado en París y cuyos dibujos han sido publicado en publicaciones como el New York Times o Le Monde. Como ven, utiliza frecuentemente el libro y la escritura como metáfora, de manera similar a como lo hace Soizick Meister o Quint Buchholz, del cual recientemente Nórdica ha publicado un recopilatorio de ilustraciones acompañadas de un poema titulado En el país de los libros.

Ahora ya tenemos a Selçuk en la galería gráfica de Librosfera.
¡Gracias, Rosa!

24 abril 2014

Todos los libros que me hubiera comprado o hubiera regalado el día de Sant Jordi si hubiera podido comprar / regalar tantos libros como me hubiera gustado


- Conducta migratoria, de Barbara Kingsolver, porque desde que leí Árboles de judías tengo ganas de más.

- 286 jours, de Frédéric Boilet y Laia Canada, porque ¿quién dice no al diario fotográfico de una aventura amorosa? Además, no es por ser aguafiestas, pero... ¿qué probabilidades hay de que lo publiquen en castellano?

- Las reglas del verano, de Shaun Tan, para estudiarlo detenidamente (porque una lectura así por encima en La Central no es suficiente!)

- La estación del sol, de Shintaro Ishihara, porque son cuentos de jóvenes rebeldes japoneses y eso suena imperdible.

- ¡Melisande! ¿Qué son los sueños?, de Hillel Halkin, porque ando buscando libros que me roben el corazón y suelo pensar que si tienen una historia romántica será más fácil.

- Atlas de islas remotas, de Judith Schalansky, porque no me atrevo a viajar tanto como me gustaría.

- Artistas sin obra, de Jean-Yves Jouannais, porque los ensayos sobre arte siempre me llaman mucho la atención (aunque luego los lea y no entienda prácticamente nada).

- En la ciudad, una esquina, de Virginia Pedrero y María González Reyes, porque es un librito de historias minimas e ilustradas que son de los que me gusta no solo leer, sino poseer (mis tesoros...)

- El librero de París y la princesa rusa (de Mary Ann Clark Bremer) y La llibretera dins la llum (de Frank Andriat), porque yo y los libros sobre libros y los libros sobre libros y yo...

[Vale. Lo confieso. No son todos. Ni siquiera son una pequeña parte. Solo son una muestra. Pero es que si tuviera realmente que hacer la lista a la que se refiere el título, llegaría el Sant Jordi de 2015 y todavía estaríamos aquí...]

23 abril 2014

Cesc











































del libro "Cesc (sin palabras)".
que ustedes lo lean bien!

22 abril 2014

por ejemplo, hoy

hoy es un buen día para hacer otra cosa que llega con mucho retraso: la lista de las lecturas que más disfruté durante el año pasado. si todavía no han decidido qué libro van a comprar mañana, quizá alguno de estos títulos o fragmentos les llame la atención.

[sin ningún orden particular...]

Arlindo Yip, de Daniel Nesquens.
[del que ya les dejé una historia en tres actos por acá]

¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?, de Jeanette Winterson.
[la autobiografía de una de mis escritoras favoritas]
La ficción y la poesía son dosis, medicinas. Lo que curan es la ruptura que la realidad provoca en la imaginación.
Pornográfica, de Nacho Casanova.
[el sexo como pocas veces se había plasmado en un cómic]

Llovió todo el domingo, de Philippe Delerm.
[una joyita para leer de un trago un domingo lluvioso de otoño]
La gente se atreve a veces a contar cosas que nunca ha contado a nadie. Hablan de todo, sobre todo de nada, de la vida y todo eso… Incluso cuando no hablan, se advierte esa manera de sentarse al lado, de quedarse de pie asidos a la barra. Separados pero juntos. El señor Spitzweg coge el metro nocturno para no ir a ninguna parte.
La vida interior de las plantas de interior, de Patricio Pron.
[cuentos y literatura. me ha dejado con más ganas de patricio pron, a quien ahora sigo en twitter]

Las lágrimas del asesino, de Anne-Laure Bondoux.
[novela juvenil?]
- No se complique – le recomendó Ricardo –. Si hay una cosa que me ha enseñado la vida es a aceptar la felicidad, incluso la más loca, la más imprevisible. Acepte la dicha y guarde silencio.
Te elige, de Miranda July.
[autora y directora fetiche de la casa]
Tratar de ver cosas que son invisibles pero cercanas siempre me ha resultado atrayente. Parece una causa real, algo por lo que luchar, y tan abstracto que la lucha tiene que ser igualmente sutil.
El día antes de la felicidad, de Erri de Luca.
[me he convertido en fan incondicional, aunque su último, Història d'Irene, me ha decepcionado un poco...]

1Q84, de Haruki Murakami.
[un Murakami al año...]
¿No sería mejor seguir separados hasta el final, sin perder la esperanza de encontrarnos algún día? Viviríamos siempre con esa ilusión. Esa esperanza sería una modesta pero valiosa fuente de calor que nos caldearía hasta lo más hondo. Una pequeña llama que protegeríamos del viento, rodeándola con la palma de las manos. Si ahora la azotase el viento impetuoso de la realidad, posiblemente se apagaría.
La familia – El amor, de Bastien Vivès [cómics].
[no me resisto a despedirles con la viñeta de la contraportada...]


20 abril 2014

National Library Week
































Hoy finaliza en Estados Unidos la National Library Week, una semana dedicada a celebrar las bibliotecas del país. Los chicos de Out of print (de los que necesito esto y esto YA), han creado estas imágenes para su cuenta de Instagram con frases sobre las bibliotecas y la lectura.

"Las bibliotecas necesitan seguir enfatizando no solo la necesidad de la lectura como una habilidad para la supervivencia, sino también la alegría de la lectura, que a veces olvidamos en esta carrera hacia la alfabetización informacional" (Nancy Pearl, bibliotecaria).

"¿Sin bibliotecas, qué nos queda? No tenemos ni pasado ni futuro" (Ray Bradbury, escritor).

"La gente puede perder su vida en las bibliotecas. Deberían ser advertidos" (Saul Bellow, escritor).

"Google puede devolverte 100.000 respuestas, un bibliotecario puede devolverte la respuesta correcta" (Neil Gaiman, escritor).

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Por otro lado, una compañera me envió un enlace a esta entrada del blog de Deborah Lacy. Creo que ella lo hacía por el kit bibliotecario (que ya apareció por aquí hace un par de años), pero lo que a mí me gustó fue la idea de más abajo: pedirle a dos amigas bibliotecarias que le contestaran qué tres cosas les gustaría que los usuarios de la biblioteca supieran o hicieran.

Por mi parte, me encantaría que...

... se interesaran, se informaran y preguntaran por los servicios que ofrece la biblioteca. Es increíble la cantidad de gente que usa la biblioteca SOLO para leer la prensa o SOLO para conectarse a internet, y no sabe qué más podemos hacer por ellos. Que dedicaran un poco de tiempo a leer los carteles con información sobre actividades y servicios de la biblioteca.

... vinieran a la biblioteca con sus hijos, sus amigos, sus nietos, sus padres, sus abuelos, y los animaran a hacerse el carnet de la biblioteca. Sigue sorprendiéndome que menos de la mitad de la población de la ciudad donde está la biblioteca en la que trabajo tenga el carnet de la biblioteca. ¿Qué pasa con la otra mitad?

... nos hicieran más sugerencias en positivo. Normalmente las hojas de sugerencias solo nos las piden cuando tienen una queja porque el aire acondicionado no funciona, porque el wifi va muy lento, porque no hay suficientes mesas y sillas para los estudiantes... no estaría mal que más usuarios se implicaran en la biblioteca, que propusieran actividades, sugirieran documentos para comprar o nos hicieran partícipes de sus necesidades. Entiendo que tener más mesas y sillas, una conexión wifi que funcione, y un ambiente menos parecido al del trópico o al del polo norte también son necesidades, pero solemos quedarnos con la sensación de que todo funciona mal... aunque luego seamos servicios muy bien valorados en las encuestas municipales.

Por curiosidad, les he pedido a unos cuantos colegas si me darían sus tres respuestas, así que esta entrada acaba con un "Continuará..."

16 abril 2014

la felicidad es...































































de izquierda a derecha y de arriba a abajo, la felicidad es...

... leer cómics.
... leerles un cuento a los nietos.
... un día en la biblioteca.
... leer un diccionario.
... un domingo en el sofá.
... leer un libro de tu infancia.
... un libro nuevo.
... leer un libro en un día.

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el proyecto "felicidário" acabó el 31 de diciembre de 2013, pero... acaso caducan todos esos motivos librosféricos para ser feliz?

02 abril 2014

chinchín

Muchos padres y maestros reclaman recetas infalibles que hagan de sus niños buenos lectores. Diversas instituciones ofrecen guías de obras recomendadas, ingentes sumas de dinero se destinan a campañas de animación a la lectura e incluso agresivas políticas de mercadeo editorial aseguran que sus novedades están respaldadas por sus hiperbólicas ventas y vienen a ser algo así como panaceas lectoras. Desconozco la efectividad de estas mediaciones. Sí estoy convencido, en cambio, de que cuando la lectura se convierte en un espacio compartido entre el niño y el adulto, cuando les leemos en la cama antes de dormir o todos los días durante unos minutos en clase, entonces no solo estamos sentando las bases de un hábito o les apoyamos en el complejo proceso de comprensión que implica la lectura, sino que además experimentamos el significado último del acto de leer: la elaboración de sentidos, la comunicación y el placer. Por esta razón, es indispensable que cuando leamos con nuestros niños, leamos buenos libros. En caso contrario, difícilmente la lectura será una actividad significativa para el niño. La calidad del libro infantil sí cuenta, a pesar de lo que muchos creen.

[Algo más que textos sencillos]

De un libro para niños se espera que sea una lectura simple y de fácil comprensión. Se evitan los planteamientos complejos, los argumentos que propicien variadas interpretaciones y, en general, las referencias que se alejen del ámbito infantil. Detrás de esta convención encontramos tanto la preocupación adulta por cuidar al niño y resguardarlo frente a experiencias negativas, como una actitud condescendiente incapaz de aceptar que los niños son capaces de responder a una realidad que nos resulta extraña, que pueden hallar sus propias interpretaciones sin necesitar nuestra mediación y que tienen menos prejuicios que nosotros.

["Y esto, ¿es para niños?"]

El arte se basa en la transgresión, en el desprecio a las convenciones, en la subversión de lo establecido. Ver las cosas desde puntos de vista inusuales, cuestionar lo cotidiano. Los que aún no lo han hecho, deberían explorar el espacio dedicado a los niños y jóvenes en las librerías y las bibliotecas. Dar ese paso no es muy distinto al que dio Alicia cuando pasó al otro lado del espejo.

[El espejo de los niños]

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Imágenes y palabras y recuerdos y rastros de otras historias y palabras y fragmentos de cosas y melodías y pensamientos y rostros y monstruos y formas y palabras y movimientos y palabras y olas y arabescos y paisajes y palabras y perfumes y sentimientos y colores y rimas y pequeños chasquidos y silbidos y sabores y explosiones de energía y acertijos y brisas y palabras.

Por todo ello, hoy, ¡un brindis!